«Cierro los ojos y te veo a ti»


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“Cierro los ojos y te veo a ti”
Mi intención al escribir este texto es que cuando lo estés leyendo te quede la duda de a quién se lo escribo. ¿Está dedicado a Dios? ¿Está dedicado a cualquiera de nosotros seres con alma? O quizás alguien intuya que está escrito y dirigido hacia alguien en concreto. Si… A ti mismo.
Cierro los ojos. Pruébalo. Te das cuenta que el espacio ha cambiado. La multitud, el caos, el stress o cualquier otra cosa que estamos haciendo se desvanecen. Nuestra imagen flota en el espacio, es ahí cuando más somos conscientes de nuestra respiración, el latido de nuestro corazón. Es ahí cuando nuestro yo es más yo. Cuando realmente somos más conscientes de nuestro ser. No siento ni pienso solo soy. El ser es la presencia de nuestra alma, acompañado por la música que produce constantemente nuestro cuerpo a ritmo de respiraciones y latidos.
Cierro los ojos. Me siento ridículo de mi lucha continua para subsanar mi vida. Cuanto esfuerzo desperdiciado… Pero no me entristece, todo lo contrario. Siento que me queda tanto por aprender que me hace feliz. Cierro los ojos. Lo que con ellos abiertos no veo más que dos pasos hacia delante, con ellos cerrados hay un horizonte sin límites.  Respiro y todo está en una buena y bella sintonía. 
Cierro los ojos. Me permito formar parte del entorno que me rodea si el sitio me complace. Si no es así, dejo que me imaginación me lleve a otro lugar o que el alma vuele al lugar que escoja para guiarme en el camino establecido. Me permito reírme de la vida. Pues ahora que se supone que soy minusválido. Yo me encuentro fuerte y sereno. Es verdad!! No puedo correr. Pero que a gusto dar caminar despacio por la vida sin prisa. Sabiendo que el camino no tiene tiempo.
Cierro los ojos. Me río de mí mismo por cuantas cargas y luchas y responsabilidades a mi espalda que no tengo tiempo a cerrar mis ojos y mirarme y estar conmigo y ser yo. Uno mismo en el universo. Olvidando mi propio ser. Nuestra presencia divina en la tierra. Gota de Dios en el infinito.
Cierro los ojos. Igual que me veo a mí te veo a ti. Formando uno en el espacio. Presencias que se acompañan, se mezclan, se combinan, se juntan y todas forman una misma unidad. Lo que tú me hagas te lo haces a ti. Formando uno en el universo.
Cierro los ojos. Si.. Esta vez si. La mente y el corazón y el alma se conjugan a lo que llamamos amor y te veo a ti. Sin palabras. Las emociones tienen su propio lenguaje. Nos miramos y nos decimos lo que los labios no hablan. Nos sentimos y las presencias saben lo que las almas claman. Todo está bien. Aunque a veces nuestros pies quieran ir más lentos o rápidos todo está en su mejor momento. Confío y respiro. 
Confiar es la clave para estar en paz con el mundo. Por eso esta vez a conciencia: Cierro los ojos y te veo a ti.
En el jardín del alma.
                                                                      Siso Santos.

El espíritu de la luz blanca


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“El espíritu de la luz blanca”
El tema de que si existen o no los espíritus, si se aparecen o se pueden apreciar; si puede haber alguna comunicación por pequeña que sea de poder tener contacto con alguien después de la muerte, es algo que está siempre como una incógnita entre nosotros. Yo sólo voy a compartir una experiencia vivida por mí. 
Fue en un piso aquí en Madrid. Yo acababa de llegar de Galicia y compartí piso con una gente que conocí gracias a un amigo en común. Era finales de agosto, recuerdo el calor sofocante de ese año, yo vine pronto para buscar trabajo ya desde primeros de septiembre. 
Un día íbamos a salir por Chueca, hacía tanto calor que yo decidí que salieran antes yo iba a esperar más para que redujera el calor. Recuerdo el calor sofocante que no podía moverme del sofá y mi cuerpo sudado. Iba a empezar a ducharme y prepararme con calma para salir.  
Una vez en el baño, recuerdo que la tv que estaba encendida se apagó sola. No hice mucho caso, podría haberla apagado yo. Así que puse música mientras me afeitaba. La música también se apagó; pensé que se fuera la luz. Pero no, comprobé que no se había ido. Volví a poner la música y empecé a cantar. Lo siguiente que recuerdo es el frío, era un frío tan grande como si saliera de dentro de mí, que no podía dejar te titiritar. La música se volvió a apagar. Salí del baño para ir al salón a comprobar que había pasado. Para eso tenía que cruzar el pasillo. Fue ahí donde le he visto. Una luz blanca estaba al fondo del pasillo, era una forma ovalada que flotaba en el aire. Sabía que había algo allí. Pero solo tenía ganas de marcharme. Me metí en la ducha con agua bien caliente para combatir el frío que me poseía. Con toda la prisa posible para marcharme donde estaban mis compañeros de piso.
Una vez que llegué allí le dije al chico que alquilaba las habitaciones. “Hay algo en la casa”. Él se quedó en silencio
  –Tú también le viste…                                                                                                    -Es una luz blanca aparece a veces pero no es malo- Dijo otro chico que vivía en el piso.
Pero al contrario de enfadarme o asustarme fue todo lo contrario, me entró más curiosidad sobre esa luz blanca. Quería saber que o quien era. Si quería algo o si en algo le podría ayudar.
Preguntaba a otras personas que habían vivido en esa casa. Pues solo uno era el que tenía alquilado el piso y llevaba años con él. Así que alquilaba habitaciones a amigos. En ese caso no era difícil preguntar más o menos estaban en el mismo grupo de amistades. Era increíble que todos tuvieran experiencias con el espíritu a veces no agradables. Todos excepto Azuara el verdadero inquilino del piso.  
Investigué con el tarot y el péndulo todo lo que podía averiguar sobre este suceso. Llegué a sacar mis propias conclusiones. No quiero decir que mis conclusiones fuesen todas reales. Pero ocurrieron cosas que me acreditaban que no estaba lejos de mis investigaciones. 
Mis conclusiones o predicciones me decían que era un hombre de mediana edad, vivió y murió solo padeciendo una larga enfermedad. Lo curioso que en un cumpleaños que se hico en la casa. Precisamente de Azuara, el inquilino de la casa. Se hicieron fotos, en una de ellas al lado de la cabeza de Azuara casi superpuesta había la cara de un señor mayor de unos cincuenta a sesenta años. Un señor que por supuesto no era nadie del cumpleaños ni conocido por ninguno de los asistentes.
Mis investigaciones sobre este caso tengo que reconocer que cada vez me fascinaba más. Me concentraba todo lo que podía y sacaba cartas con la intención de poder tener más datos sobre este hombre. Al fin al cabo, que fuese un hombre de mediana edad me estaba dando la razón. Pero lo que yo no sabía que para meterse en este campo tendría que estar más preparado, tener otra madurez y más conocimientos. Es decir ser más responsable.
Así que una noche mostró toda su presencia. Yo estaba levantando viendo la tv. Seguía haciendo mucho calor y las ventanas estaban abiertas. Se oía la radio de un vecino que siempre la tenía puesta toda la noche. Todo aparentemente parecía normal. De repente un cuadro que había encima de la tv de una mujer como abrazando a alguien. Sus brazos empezaron a crecer y a desfigurarse el dibujo, la tv y la radio del vecino se dejaron de oír para transformarse en otra voz que venía como de dentro de la casa. “Déjame en paz” “Vete de esta casa” “déjame en paz” “Vete de aquí” “Déjame en paz”…
Podéis imaginar como mi miedo creció. Yo le decía asustado “Por favor no estoy preparado” El seguía gritando. Quise encender luces pues solo estaba la luz de la tv encendida. Pero no se encendía ninguna luz. Fui hasta el pasillo. Al fondo estaba la habitación de Azuara. Él estaba durmiendo y sabía que con él todo se detendría. Pero como protegiendo la puerta de Azuara estaba la luz blanca que se notaba doblemente entre la penumbra. Volvió el frio. Un frio tan grande que estaba titiritando. Sabía que con Azuara estaría a salvo, no encontraba la luz. No había otro camino que atravesar por medio de la luz blanca. No lo pensé y eché a correr por la penumbra atravesando la luz blanca para golpear con fuerza la puerta de la habitación de Azuara mientras gritaba su nombre.
En ese momento cesó el frío, las voces desaparecieron dejando oír el programa de radio que estaba emitiéndose. Azuara abrió la puerta y me abracé a él “Ha estado aquí” Y compartí la historia con él.
Lo más curioso de todo es que en una semana después yo encontré trabajo y una casa para vivir yo sólo que era lo que llevaba tiempo deseando. El espíritu de la luz blanca quería que me fuera y me invitó a ir de la mejor forma.
No creo que fuera un espíritu malo o bueno. Creo que lo que había era un vínculo de conexión entre el espíritu y Azuara que nunca llegue a entender. Quizás ni ellos mismo lo supieran, por lo menos de una forma consciente. O simplemente era el respeto mutuo que ambos se tenían. Me había comportado como un engreído lleno de ego, queriendo salvar a un espíritu invadiendo un espacio, donde no se me había invitado.
En el jardín del alma
                                                    Siso Santos.

Vivir » bailando como vuelan los pájaros»


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Vivir
Recuerdo una pesadilla que se me repetía muy a menudo, en los últimos tiempos con más frecuencia. La pesadilla empezaba distinta pero siempre terminaba de la misma forma. Yo corría hacía algún sitio o intentaba escapar de algo o alguien que no podía identificar pero me asustaba. Las piernas me pesaban mucho. Intentaba correr pero las piernas no me dejaban avanzar y terminaba despertándome con mucha angustia y con sudores por todo el cuerpo. No podía imaginar que esto fuese una premonición de lo que me iba a pasar.
Hablé en entradas anteriores del dolor que sufría por una enfermedad que padezco. Hablé también de las consecuencias que me llevó arrastrar una enfermedad “rara” de la que poco se conoce y aún hoy en día no sé pronunciar.  Sé que perjudica al sistema nervioso que influye a su vez a todo el organismo y sobre todo a los músculos. Sentí y pude comprobar como mi cuerpo se desvanecía y caía al querer avanzar y a su vez todo a mí alrededor se derrumbaba. Peleé como un gato furioso atrapado con uñas y dientes. Dios sabe que peleé y puse todo mi amor en ello. Caí tantas veces como de tantas me levanté. Aunque reconozco que muchas caídas hicieron heridas y no de todas fue fácil curarse.
Creé mi mayor sueño, formé mi escuela. Un lugar abierto para la sanación. Para que todos maestros y alumnos tuvieran un lugar para desarrollarse, crecer y ayudarse a sanar. Por ironías de la vida fui yo quien enfermé. Cuando más quería andar, crecía el dolor, tropezaba y caía.  He pasado tanto dolor y he sufrido tanta impotencia. Que he de reconocer que en mis horas de intimidad y soledad recé por morir. No entendía que pasaba ¿Por qué ocurría tal cosa?
No puedo dar ahora una respuesta. Pero si puedo decir que la escuela que nació como un centro de sanación; a mí me salvo. Una enfermedad que podía haberme dejado paralítico no impidió que dejase de andar. Eso sí fue duro el trabajo. Pero ahora he aprendido a entender el amor en todas sus formas. Por eso quiero dar las gracias a tod@s los que me han acompañado en este trayecto. A los que os fuisteis por que no confiabais en mi capacidad, a los que os fuisteis por que se os hacía duro ver mi deterioro, a los que me atacasteis por no soportaros a vosotros mismos, a los que me acompañasteis y sentí vuestro apoyo y cariño y a los que fuisteis mi bastón para no caer. Gracias!!!  Qué estúpido he sido. Peleando por tener una escuela y nació algo mejor… Un hogar.
Por eso puedo decir que a pesar de las dificultades, del dolor, la enfermedad, las pérdidas económicas que sufría mes a mes… Todo ha valido la pena viendo a mis alumnas como ellas luchaban por la escuela como algo suyo. Gente que daba las gracias por haberles dado ganas de vivir; mujeres sin pecho que ahora pueden peinarse; mujeres que nunca tuvieron amigas porque solo pasaron de padre a marido y por fin tienen amigas por ellas mismas y puedan contar intimidades que en su vida pensaron que se podría hablar de ello y no pasa nada; o mujeres mayores que por fin se convierten en chicas; o mujeres que nunca se les dió la oportunidad de hacer algo por ellas mismas y ahora son las que llevan las riendas de su vida y las de su casa… Sí. Por todo eso ha valido la pena.
Ahora ya estoy recuperándome. Cada día que pasa me siento que tengo más fuerza, el dolor va remitiendo y cada vez es más prolongado el tiempo que ando sin dolor ninguno. Sé que hay un antes y un después. Antes tenía ahorros ahora no tengo nada. Pero nunca en mi vida me he sentido tan fuerte como ahora. No fuerza de luchador de comerme el mundo. No. Algo mejor, tengo una serenidad tan grande que a mí mismo me asombra. No tengo miedo a nada y nunca he dormido mejor que ahora. El universo es tan inmenso que todo está al alcance de la mano, solo es aprender a pedirlo. A pesar de mis piernas débiles, mis pasos los siento fuertes. Y el paso es el oxígeno principal de vivir.  De vivir como siempre he soñado “Bailando como vuelan los pájaros”.
 
En el jardín del alma.
                                                                     Siso Santos.

«Volver al escenario»


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“Volver al escenario “
Este pasado viernes el día 12 de febrero volví a actuar. Mi escuela se convirtió en una sala de teatro con un improvisado escenario. Volví a pisar el escenario con el deseo de volver a jugar. A fantasear y encarnar otros personajes y volar… 
Tenía que demostrarme a mí mismo si podía volver a pisar, a pesar de mis pies cansados y doloridos, la firmeza de defender un personaje. Poder mantenerme de pie sin perder la estabilidad y mi equilibrio para no ir al suelo. Lo logré. Venció el deseo de defender mis personajes apoyándome en el texto y en sus vidas; envolviéndome en sus juegos me olvidé de mí para ser otros que no tienen mis dolencias y disfruté entonces de mí mismo.
El arte es un canal de sanación como cualquier otro, que nos libera el cuerpo y el alma que sabe que no tiene límites ni tabúes. Solo nosotros en nuestras vidas limitadas (la mente mal usada) nos encerramos con obstáculos y bárrelas.
El teatro es una herramienta que conjuga cuerpo, voz y alma.
 Quiero agradecer todo el apoyo del público, herramienta imprescindible también en el teatro; pues si en él no existe el teatro. A mis alumnos, mis amigos mi gente que allí estuvo y gente que aunque no hayan estado sé que me enviaron su amor. A todos vosotros os doy las gracias. He volado jugando y deseo volver a volar. Invito a quien quiera compartirlo conmigo.
Desde el jardín del alma.
                                         Siso Santos

Contemplar el amanecer por detrás de las estrellas


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Contemplar el amanecer por detrás de las estrellas
Me desperté y me di cuenta que estaba rodeado de destrucción. La tempestad que asoló mi vida lo había destruido todo. Mi cuerpo era testigo de las heridas de lo que había ocurrido. Mis sueños estaban esparcidos por la tierra rodeados de desolación. El amor como cristales rotos, aunque fuesen punzantes, no dejaban de brillar por si solos.
Lloré con el cuerpo roto extendido por el suelo. “¿Qué puedes ofrecer ahora a la vida?” Preguntaban algunos y otros poniendo caras de pena y lastima decían que todo pasará mientras escapaban de mi vida. Sólo una soledad cada vez más grande crecía como una fuerte marea que lo inundaba todo.
Fue justamente ahí. En la pérdida total, en el miedo más absoluto y en la impotencia más grande cuando el recuerdo de un sabio vino a mí mente. “No hay nada que nos ocurra en la vida que no estemos preparados para ello.”
He de confesar que no me consoló la frase. Cuando la desolación inunda, quedamos atrapados en nuestro miedo y en nuestro dolor impidiéndonos ver más allá de nosotros mismos. La meditación me ayudó. Buscar en lo más hondo de mí para llegar a lo que más me pudiera acercarme a mi idea de Dios. 

Cogí unas cartas de Osho que tengo para meditar de mensajes de Budas “El maestro de los maestros” y Buda contestó:
“La vida es básicamente insegura; solamente la muerte es segura (Seguro de vida) son términos contradictorios; solamente puede haber seguro de muerte. La vida es una aventura peligrosa; solo la muerte es segura; por ello, las personas que quieren vivir con seguridad mueren antes de fallecer, y las personas que viven sin peligro alguno no viven en absoluto.
La única forma de llegar a ser dueño de uno mismo es entrando en lo desconocido sin miedo, o entrando a pesar de todos los temores. “
Mi cuerpo se abandonó, mi mente fluía sola por sus propios pensamientos y mi alma volaba libremente por espacios que no controlaba ni diseñaba. La magia de una dama vestida de blanco en medio del mundo astral que me envolvía me dijo mentalmente a través de una sonrisa. 
“No solo es real todo lo que se ve. Aprende a contemplar el amanecer por detrás de las estrellas; justamente donde nadie lo mira, pero en cambio siempre está iluminado.”
Volé entre colores rosados y violetas por un firmamento estrellado y me cubrí de la energía de los astros. Cuando abrí los ojos, nada en mi entorno había cambiado, estaba rodeado de la misma destrucción y desamparo. Pero el fondo de mí si estaba trasformado. ¿Tenía miedo? Sí. Tenía y tengo. Pero me vence las ganas de caminar. 
Ahora si puedo mirarte a los ojos y no quitar la mirada. Puedo extenderte mi mano y caminar a tu lado por el camino que ahora nos une. Te invito a vivir la aventura de esta vida como un regalo de aprendizaje y de misterio. El miedo se transforma en intriga y la intriga en deseo. ¿Quieres caminar a mi lado?  Soy un caminante con un sólo propósito. Llegar a donde el amor me lleve…
Desde el jardín del alma…
                                                    Siso Santos.
 

El poder de la energía


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El poder de la energía
Estaba yo compartiendo con un amigo que me preguntaba mucho por el tema de las energías, seguramente para querer saber.  Porque de las discusiones bien entendidas se puede aprender muchas cosas. Él quería saber cómo poder librarse una persona de la energía negativa. Yo le decía que la energía es energía simplemente, ni negativa ni positiva sino las dos cosas a la vez. Son nuestros pensamientos y nuestros actos los que lo convierten en una cosa u otra. 
Él empeñado que si no le daba energía positiva con el Reiki para que le valía. “Imagínate.-le dije yo- Un vaso de agua. Vamos a suponer que ese vaso lo hemos dejado un mes entero en un lugar. ¿Te lo beberías? Yo desde luego no.  Ahora pensemos en un manantial de agua fresca, pensemos en el fluir de un rio, en una fuente de agua limpia. ¿A qué apetece más beber? El movimiento es vida al agua y a la energía” 
La energía es como el agua, cuando está estancada bien puede ser por un motivo físico, mental o emocional es lo que causa la depresión, la enfermedad, lo negativo… El reiki o cualquier sanador que trabaje con la energía lo que hace es mover esa energía dejándola fluir… En eso se basa la sanación. 
Él decía que eso entonces era muy difícil para que un paciente se abandone y se deje fluir y así curarse. Obviamente no había entendido nada. Lo difícil es estar mal. Aferrarnos a lo que nos hace daño sin permitirnos más opciones. 
También salió la opinión de que no sería mejor profundizar en la raíz del tema.  Efectivamente eso es bueno. Pero si sólo nos pasamos profundizando no hay límite y podemos seguir hasta el infinito tanto hacia arriba como hacia abajo. Con la particularidad que todos más o menos sabemos de que carecemos y que anhelamos.  Pero si nos centramos en el presente, en el aquí y ahora; valorando simplemente lo que tenemos y agradeciéndolo; quizás nos sea más fácil dar un paso y de esta forma un paso nos lleva al otro. Sin darnos cuenta hemos hecho un camino. 
Siento decepcionar a todos aquellos pacientes que confían plenamente en sus sanadores, o aquellos sanadores de ego crecido que se llenan de su poder de sanación.  No queridos todos, lo único sanador es la energía. Nosotros los sanadores somos porque así lo hemos decidido ser instrumentos o canales de esa energía en bien de nuestro provecho, del paciente y del mundo en general…
En el lugar del alma…
                            
                                      Siso Santos

“Leña del árbol caído”

Buda dijo una vez: El viento no puede agitar una montaña. Ni el elogio ni la culpa mueven al hombre sabio. – Millones lo condenaran, muy pocos lo alabarán- pero él no hace diferencias. Permanece como una montaña inamovible.


Había una vez un árbol que lucía sobre un bosque encantado como un mismo sol. Sólo la copa de ese árbol protegía, cubría y amparaba a muchos otros árboles y criaturas del bosque. Todos los habitantes del lugar admiraban y amaban a ese árbol por todo lo que les proporcionaba: Una buena sombra en verano, los protegía y amparaba de los fuertes vientos, les proporcionaba alimento de sus frutos y cuando las criaturas del lugar se sentían desamparadas o asustadas iban corriendo a abrazar al árbol para sentir la energía que corría por su fuerte tronco. Incluso se decía que si apoyabas el oído sobre el tronco oías correr el fluir de su sabia. 

En aquella época el árbol era amado por la mayoría de las criaturas del bosque y admirado por el resto de sus compañeros árboles. Incluso los más críticos y enemigos del árbol no se atrevían a criticarlo para no quedar mal ante toda la multitud que le quería, callando por vergüenza cobarde sus opiniones. El árbol intentaba por todos los medios no dejarse arrastrar por los elogios y las críticas.   Permaneciendo sereno, disfrutando de cada abrazo de las criaturas del bosque y del cobijo que les proporciona con su hermosa copa. 

Pero un día no se sabe porque, el árbol empezó a resentirse. Sus hojas de un verde intenso empezaron a ennegrecerse y caer.  Todos los seres y criaturas del bosque se quedaron perplejos, observando lo que estaba sucediendo al árbol.  Susurros y murmullos corrían de oído a oído por todo el bosque. Mientras los ojos cada vez más abiertos miraban con atención al árbol todos quien más o quien menos intentaban adelantarse al futuro presagiando unos, con sus mejores propósitos naturalmente,  la sanación del árbol y otros con una aparente tristeza anunciaban su final. 

El árbol luchaba con todas sus fuerzas por sobrevivir pero la lucha era inútil y su enfermedad avanzaba por momentos. Ahora era la corteza la que sufría las consecuencias. Se resquebrajaba como corcho y se caía en pedazos a la tierra produciéndole un terrible dolor que no tenía consuelo. Los habitantes del bosque empezaron a actuar de diferentes formas.  Algunos lo abandonaron porque no podían soportar el dolor y el deterioro del árbol que un día vieron grande y hermoso; otros en cambio se tiraban flores a ellos mismos mostrando sus cualidades y virtudes comparándolas a las del viejo árbol con el fin de captar la aprobación del resto de las criaturas; y por el contrario otras que tímidamente mimaban y limpiaban las heridas del tronco del árbol mientras este agradecía con una sonrisa entre suspiros, lamentos y agonía. 


Un día lo que todas las criaturas estaban esperando sucedió y el árbol se desplomó en la tierra. Las ramas que un día fueran orgullo de belleza en el bosque se partieron en el suelo con la caída. Pero nadie le oyó gritar, ni siquiera un quejido, tan sólo un leve suspiro salió de sus últimas hojas.  Los que habían sentido el correr de su sabía por el tronco y la energía que emanaba por todo el bosque apenas podían percibir ahora la lentitud de su sabia cansada a tropezones. Pero no esperaron a su muerte.
Sus enemigos que antes sentían vergüenza de hablar de él ahora no callaban para menospreciar y criticar al árbol.  Aparecieron de todo el bosque voluntarios sustitutos para ocupar su lugar. Pero su cuerpo aún estaba presente y eso era una huella palpable en los habitantes del bosque. Aún no había dejado de respirar, ni su sabia de recorrer a paso lento su cansado cuerpo cuando empezaron ya a mutilar sus ramas, cortar troncos, cortezas, arrancar raíces… La sabia abandonaba su cuerpo para infiltrarse en la tierra. Mientras unos gozaban y se divertían por la caída del árbol. Otras criaturas lloraban en silencio recordando el cobijo de sus ramas, el abrazo protector de su tronco y la energía de vida que les había trasmitido. 

Para todos, el árbol ya estaba muerto y formaba parte de un pasado. Unos mantenían una lucha interna por sustituir al árbol que algunos llamaban ahora sagrado. Otros seguían en sus vidas como si nada hubiera ocurrido pero otros guardarían en el interior de su memoria y en el corazón el recuerdo del viejo árbol pero lo que si todos desconocían que en el interior de la tierra, en un lugar oculto y escondido existía aún un trozo de raíz del gran árbol, donde todavía vibraba con fuerza su poderosa sabia. Y allí como lo explicaría la bruja de un bosque encantado, en ese lugar remoto crecía, descansaba y se alimenta de amor y sabiduría la energía del nuevo árbol para renacer de nuevo con más poder si se puede. 

Sólo una humilde mariposa de colores vivos y una bella sonrisa sobrevuela en círculos el lugar exacto donde habita la semilla, esperando que llegue su primavera. No se sabe cómo ni cuándo va a ser, porque no hay fecha exacta y no está escrito en ningún calendario pero la mariposa sabe que sin darse nadie cuenta, un día asomará de la tierra un pequeño árbol insignificante que nadie repárala en él y ocupará el lugar exacto que le corresponda en el mundo.

En el jardín del alma.

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                                                                   Siso Santos.


Médicos del cielo

¿Que son los médicos del cielo? Nada define específicamente a los médicos del cielo, para algunos son ángeles, para otros guías espirituales, seres elementales o incluso extraterrestres pero si se sabe que son seres de luz. Seres que aún ocupando otras dimensiones están muy próximos a nosotros confirmándonos que en un mismo lugar se pueden vivir o experimentar espacios y tiempos diferentes. 
¿Son los médicos del cielo seres protectores de nosotros? Los médicos del cielo al igual que nosotros mismos somos seres de luz. Seres que nunca dejamos de evolucionar. La única diferencia es que nosotros estamos encarnados en materia y ellos no. La materia nos recuerda que esta evolución tiene un plazo de tiempo determinado pero sólo la evolución presente por que la real puede tener un tiempo indefinido. Pues sin materia seguiremos siendo seres de luz en evolución. 
¿Qué misión tienen los médicos del cielo? La evolución es enriquecedora siempre para todos, no sólo para la persona que está creciendo en este momento pues lo creamos o no, cuando alguien está creciendo o enriqueciéndose en algo no sólo lo hace esa persona, lo hace la circunstancia que lo rodea y decirlo también el universo entero está creciendo y aprendiendo.  Todo es un equilibrio. Donde cada uno asume la responsabilidad de vivir su propia experiencia. Los médicos del cielo no tienen más misión que crecer y experimentar. Sabiendo que cuanto más crezcamos como seres de luz, más luz y evolución espiritual emana en el universo. Vibrando en esta conciencia los seres de luz si nos aportan y ayudan. Cuanto más consciente nosotros seamos de eso, mayor sentiremos el apoyo y la ayuda de los médicos del cielo. Recordar que no están lejos, no hay espacios ni tiempos. Incluso nosotros mismos podemos ser los propios guías de otras personas o seres y a la vez ser guiados. 
¿Cómo comunicarse con los médicos del cielo?  Nuestro espíritu está conectado como en  una red de internet a otras redes.  Así que de una forma espiritual estamos conectados entre todos  y el universo.  Simplemente con nuestro pensamiento  y sentimiento estamos conectando con una vibración, eso si, hay formas para conectarnos conscientemente con los médicos del cielo. Invocaciones, meditaciones o escritura automática. 
Quiero decir con todo esto que al pedir ayuda o tratamientos tanto a nivel físico, mental o espiritual a los médicos del cielo en primer lugar estoy permitiéndome a mí mismo transmutar un hábito malsano que me impide evolucionar o me crea algún sufrimiento. Una vez que me comunico con ellos tanto sea por meditación o invocación el tratamiento puede ser de urgencia  o  un tratamiento completo donde el agua se convertirá en canal de sanación o vínculo entre nosotros y los seres de luz.  
La otra forma de comunicación con los médicos del cielo es la escritura automática. Después de invocar a nuestros guías o seres de luz tras una invocación.  
La escritura automática es la herramienta más directa con estos seres que siempre están. Yo la definiría como un  canal potente de comunicación entre nosotros y nuestros seres de luz.  A mí personalmente la escritura automática me puede servir más que para pedir un tratamiento que para eso usaría el vínculo del agua; la usaría como forma de entender lo que ocurre en mi vida, sucesos…  Como por ejemplo: “¿Por qué estoy viviendo esta situación?” “¿Qué tengo que aprender de esta experiencia?” “¿Qué puedo aportar yo en esta situación?”….
Mi experiencia personal  con los médicos del cielo es saber que todo lo que nos pase  en el momento en que vivimos  es lo mejor para nosotros y para ello están nuestros guías para acompañarnos y siempre podemos apoyarnos en ellos para construir nuestros caminos.
Doy gracias a todos los seres de luz, a mis guías espirituales, a los médicos del cielo por hacerme sentir siempre acompañado.
Gracias desde el  jardín del alma…
                                           Siso Santos.

El camino del proceso

         Cuando empezamos algo nuevo en la vida, tanto sea un sueño, un proyecto, un curso… Es empezar una aventura donde podemos imaginarnos y soñar con la meta o un resultado. Pero lo mejor es vivir cada momento observando y meditando cada paso de ese proceso. El final no importa tanto porque lo mejor en el camino es no poner ese final que nos limita. Lo mejor es crear un camino sin fin donde no nos pongamos metas. Aunque la meta sea la excusa perfecta para empezar la aventura. Las metas son muertes que llevan a un vacío pero cuando estamos aprendiendo algo que nos gusta y nos enriquece lo más maravilloso es dejarse sorprender por los distintos caminos y experiencias que nos hacen crecer en nuestro proceso de madurez y crecimiento.
Quiero dedicar esta entrada a aquellas personas que en un aspecto u otro de su vida están aprendiendo y creciendo. El disfrute y el gozo es la mejor herramienta para cualquier estado de crecimiento. El disfrute es lo que nos dice que el camino que hemos escogido es el adecuado en el momento en que estamos en la vida.
Nada es por azar. Ni el proceso que hemos escogido para experimentar ni el grupo o la gente con quien lo estamos compartiendo. Todo es una conjunción perfectamente sincronizada por el universo para que así suceda.
Cada paso que damos es el camino perfecto a la dirección adecuada, lo creamos o no, en ese momento. Así que no temer. Estamos en la dirección correcta de nuestra vida y los ángeles nos acompañan.
Quiero dedicar esta entrada a todos los caminantes que emprendéis una aventura. Pero en especial se lo quiero dedicar a Nacho Redruello por ser un caminante, un guerrero de luz y sobre todo mi amigo.
Desde el jardín del alma.

Siso Santos.


Cuando un jardín se marchita

      Podemos poner y dar toda nuestra energía y nuestro amor al jardín más bello que hayamos soñado. Podemos dar todo nuestro cariño a cada planta o raíz de nuestro jardín con la ilusión que nazcan las mejores flores y árboles más sanos que podamos obtener. Podemos creer ilusos que sólo el amor nos basta.

Pero un día te despiertas y ves que tu cuerpo se marchita igual que una de las flores que cuidas. Sabes que por muy hermosa y sana que sea la flor tiene su compromiso con la planta y cuando acaba su periodo se marchita, cae y muere. La planta no puede evitar que esa flor se marchite, ni siquiera es responsable de su muerte por mucho dolor que le cause. Lo único que puede hacer es generar otras y otras y otras.

El jardinero sabe perfectamente en su sabiduría que cada planta tiene un ciclo y una época en donde florece más. Es el resplandor de cada planta. Por eso sabe que algunas se recogen en sus ciclos para descansar, dormir y esperar a su nueva época. También sabe que mientras unas plantas están viviendo sus letargos otras están es su resplandor y así sucesivamente por eso un buen jardinero nunca deja un jardín sin flores.

Solamente en momentos de plagas, granizadas o algún desastre natural puede hacer destruir ese jardín que el jardinero dio tanto amor. La frustración, el dolor y la rabia se apoderan del jardinero. No solo ha muerto un jardín ha muerto su obra, sus sueños… Es la muerte de un hijo que no volverá. Un hueco en el que nadie puede dar consuelo.

Mi jardín se desvanece y mi físico no tiene la fuerza para defenderlo. Uso todas mis fuerzas para defender a mi jardín como una madre lo haría por su hijo. Porque yo soy esa madre que lucha por su hijo. Por eso mi escuela me duele doblemente porque es mi jardín y es mi hijo. Quiero defenderlo y luchar por él y las piernas no me sostienen, tropiezo y me caigo. La impotencia muchas veces me arrastra. Confieso que muchas noches he pedido a Dios dormir y no despertar más. Mi deseo era no tener mañana. Pero Dios no le concedía y luchaba por mi hijo a pesar del dolor y la impotencia.

He luchado tanto y he perdido todas las batallas. Pero no estoy rendido, nunca lo haría una madre por su hijo. Aún queda la esperanza. Este fin de semana me lo dediqué a la meditación, a estudiar de nuevo, a consultar el Osho y el I ching. Osho me contestó:

“-Tú también pasarás a mejor vida. Sabiéndolo, ¿Cómo puedes pelearte? Trasforma esa energía en luz.”

Y el I ching me dijo:

“-La posesión de lo grande. Un dragón vuela hacia el sol. Fuego y cielo. A quién es positivo le llega muchos dones del cielo: Prosperidad y Éxito. Los proyectos ya alcanzados se consolidarán, reportándonos beneficios también para el futuro.”

Mi intención con esta entrada es un mensaje echado en una botella con el deseo que llegue a todos los rincones. Ofrezco mi escuela (a mi hijo) a cualquiera que desee aportar con sus conocimientos, sus ideas, con sus ganas de aprender o simplemente querer estar y ser uno más en un jardín nacido y creado desde el amor al mundo.

Por favor compártanlo. Estoy pidiendo por mi hijo.

En el jardín del alma.

Siso Santos


Nuestra escuela ———- www.edenterapiasalternativas.com
Facebook de la escuela —- https://www.facebook.com/edenterapiasalternativass

El tarot de Marsella y los templarios

   La mayoría de la gente se cree que el sentido de haber creado el tarot de Marsella fue sin duda como una herramienta de adivinación. Pero pocos saben que el verdadero sentido del tarot fue para ocultar uno de los muchos secretos que guardaban los templarios.
Los templarios eran una orden religiosa seguidores de cristo. Eran guerreros y a pesar de guardar voto de pobreza consiguieron unas de las riquezas más grandes de Europa. Tenían conocimientos de alquimia y sabían también que la materia tiene energía según sea redonda, plana, puntiaguda… Estas energías pueden causar distintos beneficios o perjuicios a nuestro propio organismo. Le llamaban ondas de forma. Según la energía que ahí encontraban decidían construir el poblado o el templo. Nada se hacía de forma causal. (Hoy esa ciencia se denomina radiestesia)
En la edad media surge la orden de los templarios en Francia, aprobada por la iglesia católica, con motivo de empezar las cruzadas para establecer el orden en tierra santa combatiendo sobre todo con musulmanes, herejes y judíos. Los templarios duraron menos de dos siglos y llegaron a recaudar una gran fortuna y adeptos. Tanto que la propia iglesia católica empezó a sentirse amenazada por los propios templarios. Acusándolos de herejes. Se hacían presos, se torturaban o se quemaban en la hoguera y de apoco igual que aparecieron un día desaparecieron.
¿Pero por qué eran tan peligrosos los templarios? ¿Por qué siendo tan necesarios en un momento para la iglesia católica empezó de repente a ser un peligro o un estorbo? ¿Qué poder o conocimientos tenían que podían ser una carga para el poder establecido? Los templarios aparecieron al igual que se esfumaron dejando una nube de misterio. Llevándose con ellos los secretos que guardaban.
He hablado antes de los muchos conocimientos de los templarios, la alquimia, la astrología, lo esotérico, el arte… En esa época aparece el tarot de Marsella. Unas cartas inspiradas en el juego de la oca. Donde a través de jeroglíficos están representadas planetas, horóscopos, imágenes… cargadas de significados por si solas o combinándolas entre ellas. Guardando, ocultando o mostrando secretos.



          Una carta sin número puede estar al principio o final que es lo mismo: El loco. Numero uno el mago. El que maneja todos los elementos, su sombrero el símbolo del infinito. Os presento ahí a Jesucristo la cara conocida y desconocida del maestro. La última carta es el mundo. Una mujer desnuda dentro de una corona de laureles con una vara de poder. Estamos ante una reina: María Magdalena. El león y el águila lo confirman. La emperatriz y el emperador tienen un escudo con la misma águila. Son marido y mujer. Los enamorados son una pareja de jóvenes con otra mujer mayor y cupido lanzándoles una flecha. La joven se toca el vientre. ¿Estarán contando a la virgen María la buena noticia que va a ser abuela? Así se podría seguir por numerosas cartas.
Cada carta esta llena de significado por si sola y cambiándolas entre otras el interprete del tarot va desgranando una vida o un episodio. 

Siento decir que el tarot no es para adivinar el futuro como a la gente le gusta creer. Pero si es una herramienta muy buena para orientarnos en la vida o manejar un problema. Nuestro futuro somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de crearlo con nuestros actos.
Os deseo un feliz presente para crear un bello futuro para el bien de todos
Desde el jardín del alma.

Siso Santos.


Otoño “El principio de un ciclo”.

         Los colores ocres de los campos, la caída de las hojas, el viento más frío, la lluvia y los días cada vez más cortos anuncian la llegada del otoño.

Para el I ching (El libro de las transmutaciones y el libro más antiguo del mundo) es el periodo de recogimiento. Un momento ideal para el hogar, estar con nosotros mismos, aprender, transmutar desde nuestro interior para después florecer en primavera. Abandonamos la energía yang del verano para introducirnos en la energía yin de la naturaleza. El yin es la energía sutil femenina que parece que no está, apenas se nota, pero en cambio lo ha acaparado todo.

El guerrero abandona los días del sol para transmutar desde su interior, reencontrarnos con nuestra esencia (por eso en otoño estamos más tristes y apagados) y volvemos a la carga en los días largos. Pero no hay que verlo como algo negativo, todo lo contrario es la oportunidad de crecer desde nuestro interior para ofrecer más a nuestro mundo en los días de luz. Es la época ideal para estudiar, meditar, formarse, crear y empezar proyectos para como una flor abrirse en plena primavera.

Es curioso que en culturas tan diferentes, lejanas y dispares apuntan al otoño como lo mismo. Para los celtas es el principio de año. Abandonamos los días de luz para encontrarnos en la época de la oscuridad, en el hogar, en el descanso del cuerpo para estar fuertes en los días de luz.

De ahí celebramos ahora halloween, siempre llamado fiesta de difuntos. Yo recuerdo de pequeño en Galicia siempre celebramos esa fiesta con «magostos» (fiesta tradicional donde el pueblo se reúne alrededor de hogueras para comer castañas asadas y beber vino) Estas fiestas vienen de la antigüedad. Antes se hacían en el monte como ofrenda a los muertos pues los celtas no tenían templos. El templo era la naturaleza. En las casas también encendíamos velas dentro de calabazas que se ponían en las ventanas para marcar el camino a los muertos y mi abuela nos hacia collares de castañas a todos los nietos.

Halloween por supuesto no existía, era y es la fiesta de los difuntos. La noche más larga del año. La noche en la que estamos más unidos los vivos y los muertos. El fin y el principio del año nuevo Celta.

                          Siso Santos.

Hitler esta en el cielo

         Uno de estos días estaba comiendo con unos amigos. Hemos hablado de muchas cosas hasta que empezamos a opinar sobre la espiritualidad, la energía y las religiones. En ese momento recordé un libro que había leído hace muchos años y me hizo comprender  cosas de la vida  y del mundo en que vivimos: “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Wasch.  En este libro se dice una frase que en un principio me impactó por lo sonoro que puede resultar: “Para entender que existe Dios hay que entender que Hitler está en el cielo.”  Parece una blasfemia mencionar a Hitler para poder hablar de Dios. Pero una vez que seguí leyendo entendí que era completamente razonable. Pues a pesar de todo Hitler también formaba parte de Dios.
El libro explica que el cielo y el infierno no existen. Son “necesidades” humanas. Todo es Dios: Lo espiritual, lo mental y lo físico. En la entrada anterior explicaba que el pensamiento es el principio de una acción, ahora digo que el sentimiento es la vibración del alma. Y la unión de todos los sentimientos se llama Amor.Cada alma evoluciona y experimenta constantemente y esa alma es una partícula de Dios en evolución. Todo y todos formamos parte de esa evolución y en ese Todo os presento a Dios.
Supongamos que el cielo existiera. Llamaremos cielo a esa parte donde el alma habita cuando abandona el cuerpo y sigue su camino sin dejar de evolucionar hasta volver a ser reencarnada en materia. Supongamos que el alma de Hitler abandona su cuerpo y se encuentra con Dios. A esté se le plantea una gran duda. ¿Premiamos a Hitler con el cielo o inventamos un infierno para su castigo? Pero es ahí donde ocurre el dilema:
1º.- Hitler es elegido democráticamente con mayoría absoluta. Si tenemos que castigar a Hitler en el infierno, tendríamos que enviar a todo el pueblo alemán a ese castigo.
2º.- El mundo vivía en esa época una gran depresión. Las naciones sabían perfectamente las barbaridades que estaban ocurriendo en Alemania. Pero no hicieron nada, vivían a la expectativa, a ver que iba a ocurrir,  hasta sentirse ellos mismos también amenazados. En ese momento Hitler se convirtió en tirano. ¿Quién tendría que ocupar el infierno entonces?
Lo que quiero decir con todo esto que nada ocurre por casualidad. Que culpar a Dios por lo que ocurre en la vida es lo más fácil e inmaduro que podemos hacer como humanos, porque es quitarnos la responsabilidad. Nosotros somos los únicos responsables de cómo escogemos  vivir y que papel queremos asumir en el mundo que nos rodea. Nosotros formamos parte de ese Todo que se llama Dios.
Hitler ha existido porque el mundo lo ha pedido o por una extraña razón lo ha necesitado, quizás para entender y mostrar la barbarie. Pero no olvidemos que también pidió y necesitó un Jesucristo y lo tuvo; Y un Mahoma, un buda, un Indira Gandhi, un Martín Luther King, una madre Teresa de Calcuta… NO… No hace falta pasar de un extremo a otro para ser del más tirano al más santo. Simplemente en nuestra vida cotidiana, ofreciendo una mano a alguien nos convertimos en Jesucristo. Porque tenemos ese Don.
Imaginar por un momento el mundo en el que deseáis vivir. Lo primero que hay que hacer es amarlo. Recordar que si el pensamiento es el principio de la acción, la emoción alimenta el alma y el cuerpo materializa los deseos. Vivir en la vibración más poderosa es crecer como Dios. A eso se le llama Amor.
 La paz y el amor son la energía vital para el  espíritu.
Paz y amor…
                                        Siso Santos.


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El pensamiento: «somos lo que pensamos».

         El pensamiento es el motor de nuestras acciones. Toda acción o consecuencia de un acto esta seguido o guiado por un pensamiento.
Cuando alguien dice: “Esta persona tiene energía negativa no es verdad”. La energía  nunca es negativa. La energía es energía y como energía que es: “Es positiva y negativa a la vez”. Solo nuestros pensamientos son los guías y los constructores de nuestra vida. Es verdad que no somos del todo responsables de los acontecimientos que nos suceden pero si somos responsables de cómo nos enfrentamos a los sucesos.
Los pensamientos repetidos son los causantes de los roles que nos acoplamos como personajes que hemos escogido vivir inconscientemente para determinado momento (siempre el más necesario) bien sea por un motivo u otro: La víctima, el verdugo, el enfermizo, el rebelde… Son muchos de los personajes más comunes que solemos escoger.
El peligro de los pensamientos y personajes es que crean habito y adicción: «Es la mente que me traiciona»; «La mente no me da tregua»; «La mente me hace malas pasadas»… frases muy típicas que usamos frecuentemente y muchas veces a modo de disculpa o incluso lo que es peor: Resignación.No queridos lectores. No vale esa excusa, no es la mente, es nuestro hábito. ¿Cómo poder controlar nuestros pensamientos y la mente? ¿Cómo poder coger las riendas de mi vida y no dejarme arrastrar por mis propios pensamientos y mis viejos hábitos? La meditación.

1º-  La mente no deja de tener pensamientos pues el pensamiento es el motor de nuestra acción.  Querer tener la mente en blanco es absurdo, sólo décimas de segundos podríamos conseguirlo. Lo mejor es dejar fluir los pensamientos. Que no sean un obstáculo. Recibe y despide cada pensamiento agradeciendo su paso por la meditación, con la intención de dejar aparecer otro mejor o hallar una resolución.  Luchar contra los pensamientos es retenerlos.

2º- Usar las visualizaciones  para crear, transformar o deleitarse con  pensamientos guiados por imágenes que nos lleven a ese momento.

3º- Por ultimo en nuestras actividades diarias por pequeñas que nos parezcan deberíamos fomentar la concentración.  Amplía nuestra mente a nuevos pensamientos.
La mente y el pensamiento se ejercitan como hace un deportista con su cuerpo y sus músculos.
Búrlate del personaje que te has creado. Por que somos más que un personaje. Somos “persona” y como personas que somos tenemos todos los personajes habitando dentro de nosotros para usarlos como nos plazca. Pero  nunca permitáis que el personaje escogido consciente o inconscientemente  use a la persona.  Eso hace pequeño al SER ILIMITABLE que somos.   

                                  Siso Santos  

El idiota que dio la vuelta al mundo

 

                   Había una vez un día un idiota que deseaba dar la vuelta al mundo. Cuando lo decía en su pueblo en  medio de la nada la gente se  reía y se burlaba del pobre idiota. Lo llegaron a considerar tan loco que por miedo a que  fuese contagiosa tal locura lo encerraron en un calabozo que estaba en la torre de un viejo y húmedo castillo.
El idiota quedó sólo en medio de una habitación prácticamente vacía, solamente un viejo catre ocupaba un espacio de la estancia y un ojo de buey dejaba pasar  la poca luz que iluminaba la celda. El idiota se sentó en medio de la estancia vacía, sin saber por que se sentó en posición de loto, respiró hondamente y dejo que su imaginación volase libremente.
De repente se encontró atravesando un calido desierto, el viento azotaba y el sol quemaba mientras andaba sin rumbo durante horas interminables. Cada paso que daba era un esfuerzo para mantenerse en pie. La sed le secaba tanto la boca y la garganta que le producía dolor  y la mente le turbaba. “!Mira por donde vas y no me pises idiota!” Oyó una voz sin saber de donde venía. “¡Estoy debajo de ti idiota y me estas pisando la cola!” Cuando miró a sus pies pudo ver que uno de ellos estaba presionando la cola de un escorpión de muy mal humor:
-“¡Idiota idiota idiota! ¿Cómo puede ser que en un desierto tan grande donde estamos tú y yo solos puedas pisarme la cola?”
– “Perdón le aseguro que no le había visto.” – Se disculpó el idiota.
-“Es común de los humanos andar sin saber por donde.”
-“Sólo quiero salir de aquí.” -Balbuceo el pobre idiota afligido.
– Si en verdad quiere salir del desierto debes de dejar de buscar la salida y caminar con la intención de ir a otro lugar.
-No entiendo lo que quiere decir.-  El idiota estaba completamente confuso con las palabras del escorpión.
-Los humanos camináis poniendo un objetivo fijo o una meta como si la meta fuese lo único.  Eso os hace pequeños pues en el camino a esa meta puede haber muchas sorpresas maravillosas.  Cada paso es un lugar idóneo de disfrutar pues es necesario para llegar al otro. Todos son imprescindibles y a la vez todos y cada uno de ellos aportan algo al siguiente. Descubrir que las metas no existen que solo existen caminos maravillosos aporta que no hay límites para un camino, solo aprendizajes infinitos donde cada uno libremente decide cual quiere explorar, conocer, experimentar…
-Convertirnos en caminantes de nuestras vidas…-Las palabras del idiota interrumpieron sin pensar desde el fondo de su alma y el escorpión le miró con una disimulada sonrisa. Divisaron el horizonte y contemplaron como una especie de oasis en la lejanía.
-Ahí tienes el final del desierto.- Le comunicó el escorpión.
-Muchas gracias amigo escorpión.
-Llévate esto contigo para recordar este camino.-Le entrego una rosa de desierto que el idiota agradeció.
Una vez se despidieron y el idiota seguía su particular camino, el escorpión le volvió a llamar: “Eh idiota.” Este se giro para verle y se encontró que el escorpión estaba con las manos en poción de oración a la altura del corazón, inclino la cabeza como símbolo de respeto y le dijo: “Buen viaje Maestro.”
                                                   *******************                                                                  
El idiota continúo con su particular viaje. Ahora iba guiado por un mono encima de un elefante que caminaba por un sendero que dividía dos mundos diferentes: El de la derecha era un paisaje frondoso, una densa vegetación cubría la tierra con numerosos tipos de arboles, ríos y a lo lejos se divisaban montañas con sus copas cubiertas de nieve. Por lo contrario el paisaje de la izquierda era sórdido, la tierra seca con surcos, la vegetación escasa y un río de escaso caudal arrastraba un agua llena de lodo. 
El idiota contempló como en la parte derecha del camino la gente vivía en perfecta armonía con la naturaleza. Recogían grandes cosechas que  después los habitantes compartían y repartían en celebraciones. Todo era de todos y todo lo daba la madre tierra.  Ellos adoraban la tierra y esta les nutría de todas sus necesidades: Alimentos, ropas, medicinas, etc.… Por el contrario en el lado izquierdo la gente tenía escasez, se pegaban hasta morir por unos trozos de pan duro. Sus habitantes era la parte más salvaje de los seres humanos.  Era extraño que en medio de tanta miseria se pudiera contemplar un enorme castillo recubierto de piedras preciosas.
El idiota no podía entender las diferencias entre unos habitantes y otros y el mono le contó una historia: “Estos dos lugares un día fueron el mismo, vivían los dos respetando las leyes de la naturaleza y en perfecta hermandad entre los hombres. Pero un día la parte izquierda empezó a querer tener más unos que otros. Se hicieron clases, ricos y pobres. Los ricos se imponían a los pobres y  deseaban ser cada vez más ricos. Hicieron enormes castillos que adornaban con piedras preciosas para mostrar más su poder. Empezaron las guerras interminables y ellos solos destruyeron todos. Ahora las piedras preciosas no tienen ningún valor. Ya no hay nada que comprar”
-¿Por qué nadie quiere cambiar de lado de camino?- Preguntó el iluso del idiota.
-¡Estas loco! ¿Y cambiar de vida?- Sus propias gentes les llamarían idiotas.
El idiota recordó cuantas veces el fue llamado idiota y se entristeció.
“Ahora debes seguir el camino tú sólo” El elefante le ayudo a bajar de su espalda y dejarlo en el suelo. El mono fue deslizándose por la trompa del animal y le volvió a decir al muchacho “Llévate esto contigo, algún día en tu vida tendrá mucho valor” Y le entregó una pequeña de piedra de rubí. 
Solo llevaba unos pocos pasos andando cuando el mono le grito: “Eh idiota” El muchacho se giró y vio al elefante que estuvo todo el rato en silencio escuchando esbozándole una sonrisa y el mono con las manos en posición de oración a la altura del corazón. Ambos animales inclinaron la cabeza en señal de respeto y el mono dijo: “Buen viaje maestro”
                                       ****************************
Ahora el idiota se encontró caminando por en medio de una urbe tan grande como nunca se había podido imaginar. Edificios altos que podían atravesar las nubes. El ruido de vehículos que transitaban en un ir y venir constante con un ruido de fondo que envolvía   toda la ciudad. Miles y miles de personas caminando de aquí para allá como en un hormiguero gigante. El idiota se  sorprendió de la cantidad de gente que había. Se fijaba atentamente en cada individuo con el que se cruzaba mientras caminaba sin rumbo en medio de la multitud. Gentes atrapadas en teléfonos móviles o envueltos en sus propios pensamientos. Personas ausentes en un mismo mundo. El idiota se estremeció y pensó: “Dios mío cuanta soledad”
“¿Acabas de bajar de Marte amigo?” Una voz clara y rotunda sobresalía del medio de tanto caos. Cuando el idiota  dio la vuelta vio un hombre mayor vestido de ropa vieja y sucia; los zapatos gastados y un olor corporal tan fuerte y desagradable que lo apartaba o lo protegía del mundo que lo rodeaba. Una risa clara estallaba del interior de su inmenso cuerpo y el idiota se fijo en sus melenas y barbas grasientas y en la falta de algunas de sus piezas dentales: “Yo vengo de Saturno”
El idiota como gran aficionado a la astrología que era sabía que Saturno representa el poder, el orden, el conocimiento… El horóscopo que está con Saturno está obligado a hacer las cosas bien, solo así disfrutará de su beneficio y protección, en caso contrario como buen padre que es se lo haría repetir las veces necesarias para ayudar en su crecimiento personal.
-¿Es feliz la gente aquí? – Le preguntó el idiota al viejo que desde el primer momento lo reconoció como un sabio.
-No es el lugar el que hace feliz a nadie. Es el alma el encargado de esa misión.- Respondió el sabio. – La gente puede buscar la felicidad en el exterior y es dentro de cada uno donde está. Aunque la mayoría de la gente cree saberlo son muy pocos los que se atreven a investigarlo.
-¿Cómo sabré yo que soy feliz?
-Cuando tu corazón y tu mente están en el mismo lugar el alma vibra. Cuando tu deseo y tu voluntad son tu estilo de vida el alma vibra. Cuando estas dispuesto a aprender, a crecer y a compartir el alma vibra. A esa vibración se le llama felicidad. Podemos decir entonces que la felicidad es la energía  en estado puro que alimenta el amor.
El idiota escuchaba atentamente  las palabras de ese extraño personaje.
-Tengo un camino que recorrer y ni siquiera se donde voy ni por donde tengo que ir.
-Lo sabrás cuando llegues allí. Siempre en su momento adecuado. Si supiéramos cual es nuestro  destino intentaríamos cambiarlo o coger atajos y nunca llegaríamos a el. Estaríamos en un mismo lugar dando vueltas. 
 En un momento dado el anciano metió la mano en su bolsillo y sacó una moneda:
-Guárdate esta moneda te llevará lejos.
El muchacho asintió.
-Ahora debes irte.
-No se hacia donde ir.
El hombre abrió su viejo abrigo roído y centenares de ratas empezaron a correr todas hacia la misma dirección. “Síguelas” Ordenó el vagabundo. El joven corría en medio de centenares, miles, millones de ratas que salían de dentro de un abrigo. La gente corría, se apartaba, gritaban de pánico viéndose amenazados por una avalancha de ratas. Sólo el vagabundo a lo lejos mantenía una serenidad perpleja que lo hacia bello mientras con sus manos en posición de oración bendecía: “Buen viaje maestro”
Las ratas llevaron al joven a un embarcadero. El primer pensamiento que tuvo el muchacho era que ahora le tocaba hacer un viaje en barco. Nunca había montado en un barco ni nunca había visto tan siquiera el mar. Una de las ratas se acercó a él y le dijo que tenía que tirarse al agua. No podía ser “¿por qué?” “¿cómo?” Las ratas se alinearon unas encima de otras frente al muchacho y de un empujón lo tiraron al mar. 
El joven se asomó a la superficie moviendo los brazos con intención de mantenerse a flote: “¡Socorro! No se nadar!”  Las ratas todas estaban en pie con las patas delanteras en posición de oración, inclinaron la cabeza en señal de respeto y dijeron: “Buen viaje maestro.” Una gran ola arrastró al muchacho mar adentro.
                                     ***********************************
Cuando se despertó estaba tumbado sobre el caparazón de una tortuga gigante en medio del océano. Intentó alcanzar con su vista algún pedazo de tierra, pero lo único que pudo ver era agua, agua y más agua. La brisa del mar y el sonido de las olas hacían una melodía con la que el viajero intentó buscar calma y reposo mientras pensaba que poder hacer. Una ballena azul saltó a la superficie levantando un fuerte oleaje que obligó al indefenso muchacho a aferrarse bien al caparazón de la tortuga,  con la intención de no perder lo único que le agarraba a la vida. Una vez volviendo el mar a su estado normal el muchacho lloró de rabia, de miedo y de desesperación.
Una voz dulce y serena interrumpió desde el interior de la tortuga. “Estas asustado. Pobre idiota.  No tienes motivo. Estas protegido por el mar”  El muchacho lloraba tanto como si toda su vida la llorase en ese momento. “Yo no soy un ser marino” La tortuga le seguía hablando desde la serenidad de la edad y el conocimiento.
“Por supuesto que eres un ser marino. Tu primer paso para ser materia ha sido el mar. En el agua te has creado para poder dar tus primeros pasos en la tierra. Has vuelto a tu inicio para volver a nacer. No tengas miedo”
-Siempre he tenido miedo.- Interrumpió el naufrago. -He tenido miedo toda la vida. Todo me dio miedo siempre. Por eso me llamaban Idiota Idiota Idiota… Por que nunca pude vivir como todo el mundo.
– ¡Querer vivir como todo el mundo que aburrimiento! Sin ser nunca tú. Eres un ser muy valiente.
-¿Entonces por qué tengo miedo?
-Sólo el que conoce el miedo es valiente. Puede usarlo de dos formas diferentes: Ir a la guerra que siempre es una perdida; O integrarte en el acontecimiento, obsérvalo, conocerlo y si puedes mejorarlo o cambiarlo es tu deber no imponer pero si proponer y por supuesto no vivir ninguna vida que no te haga feliz. Te creíste idiota y siempre fuiste un valiente. – El pequeño valiente iba calmando su respiración.-  Ahora debes nadar por el océano.
-No se nadar.
-Eso tiene fácil solución.- Un delfín se asomó dando saltos por el alrededor de los dos protagonistas. –Ahora tienes un nuevo compañero.
El delfín se acerco a la tortuga para el muchacho se pudiera montar sobre su lomo. Una vez acomodado el delfín le dijo: “No tengas miedo y confía el mar nos protege a todos.”

Y se sumergieron en el océano. El pequeño valiente se sorprendía del mundo en el que estaba sumergido. Una enorme pecera donde el era un invitado de excepción. Peces de colores, mantas, cantos de ballenas, delfines comunicándose acercándose al joven  para escoltarlo en su particular viaje mientras un tiburón los miraba con una dulce sonrisa. Una vez que se pararon el delfín le invito a seguir nadando solo. Y así lo hizo. Recorría sin miedo, nadando, buceando y bailando el inmenso océano acompañando por todo los seres marinos. Una vez que se asomo a la superficie con sus amigos delfines se sorprendió que estuvieran en plena costa. Una playa preciosa de arena blanca  rodeada de vegetación los recibía. “Has terminado este camino.-Le dijo el delfín.-Llévate esta caracola contigo.”

Una vez el muchacho piso la arena blanca de la playa, se sorprendió que la tortuga le estaba observando desde una roca con una serena sonrisa, los delfines estaban asomados a medio cuerpo del agua. Todos llevaron las manos en posición de oración e inclinaron la cabeza en señal de respeto. “Feliz viaje maestro”
                                              ************************
A la mañana siguiente los carceleros entraron con burlas para controlar al peligroso prisionero. “Que pasa idiota. Has dado la vuelta al mundo o has dado un paseo por la celda”  Fue al entrar cuando vieron la imagen de un hombre con una mirada muy serena, sentado en posición de loto, su aura brillaba por si sola e iluminaba la celda. Extendió las manos y poso en el suelo una rosa del desierto, un rubí, una moneda y una caracola. Los carceleros se arrodillaron, inclinaron la cabeza y afirmaron: “Maestro”
                                                    Siso Santos


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«Gracias por tantas cosas…»

          Hace tiempo que no escribo nada en mi blog. Que no comparto nada con la gente que me sigue y me lee. Pero ahora si tengo la necesidad de compartir. He disfrutado de un buen verano, he tomado vacaciones como hacía tiempo que no me permitía. He visto y compartido con mis amigos de toda la vida. Con mi gente de siempre. He gozado de mi pueblo donde he vivido largas temporadas de mi infancia. He reído mucho. Y vengo lleno de energía y con las pilas cargadas para empezar de nuevo un año más. Un año aprendiendo, disfrutando y compartiendo.

 Porque es así como debe de ser: “Compartir”. Quien no comparte nada tiene. Es como tener un abrigo guardado en el armario y nunca se ha puesto. Ni siquiera se ha estrenado. Puedes creer que tienes un abrigo pero no es verdad, sólo es un bulto dentro del armario.
Desde que nació este blog en diciembre del 2014 siempre tuve el deseo de compartir mis experiencias, aprendizajes o anécdotas de mi vida. No pensando que mis experiencias o aprendizajes son mejores que la de los  demás, todo lo contrario, afortunadamente me queda mucho que aprender. ¿Pero que más puedo compartir?  Mis experiencias y aprendizajes son lo que forma mi ser. Es lo único que me hace ser yo.
Cuando me levanto por la mañanas y se que me están esperando mis alumnos. Yo tengo un motivo para vivir, compartir, aprender, crecer… Gracias  a todos mis alumnos por ayudarme  a crecer todos los días.
En el curso anterior también compartí con vosotros un problema de salud que tenía  y no se encontraba diagnostico (tardaron casi un año) Ahora ya tiene nombre. Yo aún no me lo he aprendido y francamente no me importa como se llame. Se que es una inflamación que me ha atacado el sistema nervioso (polirradiculopatia desmielinizante inflamatoria crónica) ¡Cómo para aprenderlo! Empezó con muchos dolores y poco a poco mi movilidad fue quedando cada vez más reducida. Pero no soy  enfermo y el medico dice que mejoro más rápido de lo que podía pensar. Se que esto pasará y no será más que un aprendizaje en el camino de la sanación. Estoy aprendiendo a entender del dolor y poder manejarlo. A veces  me cuesta andar. Unos días  me irrito  y otros me lo tomo con humor y  bailo…  Se que esto me ayudará a entender a la gente que me pida ayuda y poder aunque solamente sea dar un abrazo de complicidad.
Ahora se andar despacio, sin prisas, ver mi alrededor, descansar, sentarme, mirar a los ojos y contemplar el amanecer y atardecer tal cual es. Sin juicios y sin fantasmas. Solamente desde mi propio yo. Ser y estar es la clave para sentirse vivo. Tengo tantas ganas de aprender y vivir que una sola vida no me llega.
Pero si tengo esta vida para empezar a dar las gracias a todos: A mis amigos,  a mi familia, mi historia, mis maestros, mis alumnos, a los que me leéis,  a los que ya no estáis, a los que estáis llegando o a los que vais a venir… Gracias a todos!!
Gracias a todo lo que me regala la vida constantemente, sin juicios, ni bueno ni malo. Todo es lo adecuado en cada momento para crecer como mejor persona.
Gracias…

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                                        Siso Santos.



La Trampa de la Necesidad

      La necesidad es la trampa perfecta para no cambiar un estado o una forma de vida malsana para nosotros mismos: Si yo tuviera… Si yo fuera… En vez de decir: Yo soy.   Yo soy (porque lo he escogido) una persona feliz.” 

 

Cuando potenciamos con nuestro pensamiento nuestras carencias, no solo nos hacemos pequeños, sino que también alimentamos nuestra necesidad. Necesidad significa carencia de algo. Cuando alimentamos esa carencia nos olvidamos por completo de todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para sustituir o “subsanar” un aparente vacío. 

 

Cuando dicen que estamos hechos a imagen o semejanza de Dios, claro esta que no se refieren a físicamente pues nuestro físico perdura muy poco en el tiempo. La mente es mucho más poderosa que nuestro cuerpo, puede viajar a la velocidad del pensamiento por el espacio y por el tiempo dejando en muchas ocasiones nuestras ideas selladas a lo largo de generaciones.  Sólo la energía de nuestro espíritu perdura eternamente. Es la unión de todas las emociones. Lo que se conoce por “AMOR en estado puro”.  

 

Si el mar esta compuesto por trillones y trillones de gotas de agua salada el amor es  una energía compuesta por todas las emocionesSi el amor es energía y a esa energía le llamamos Dios nosotros seríamos partículas de Dios o amor en estado puro. Evolucionando y enredándonos constantemente entre los unos y los otros. “La evolución eterna de Dios”. Como una red de Internet sin límites conectando a millones de ordenadores. (Muy bien explicado en la película Matrix) 

 

Por eso nos equivocamos a decir: “¿Por qué Dios permite tales cosas?” No.  ¿Por qué lo permitimos nosotros si somos esencia pura de Dios?  Ese es el motivo que a todos atraigan los bebes. Es amor en estado puro. La imagen más cercana de Dios. A medida que vamos creciendo vamos preparándonos para los caminos  y aprendizajes que hayamos escogido experimentar en esta vida. No olvidemos que somos redes conectadas entre unos y otros. A veces en nuestra propia red nosotros nos convertimos en nuestra propia araña. Os presento ahí el MIEDO…

 

Y es el miedo el que fomenta la carencia y la necesidad haciéndonos creer más en nuestra necesidad que en nuestra propia esencia. Por eso hay enfermos que no se quieren curar y gente que vive con carencias afectivas o económicas toda la vida. ¿Cómo se puede cambiar eso? Primero cerrando los ojos. Meditar. Agradecer todo lo que tenemos y lo que somos. Y después  cambiar un pensamiento. ¿Así de fácil? La vida es fácil. Pero hay gente que por el motivo que sea no quiere cambiar. Y es tan legítima y respetable una cosa como la otra. Nadie es quien para interferir en lo que quiera experimentar la otra persona.

 

¡¿Ayuda a tu prójimo!?. Si. Pero sin juicios ni obligaciones. Siempre con respeto. 

 

En el jardín del alma. 

 

                                                     Siso Santos.


El jardín de Franza

                Un día me contó mi madre que cuando yo era pequeño e íbamos los domingos a misa, teníamos que ir medía hora antes, pues a mí lo que más me gustaba de ir a misa era pasear por el jardín de Franza. Pero para lo que a mis ojos infantiles era un jardín, los adultos le llamaban cementerio.
Recuerdo paseando de la mano de mis padres por el jardín de Franza, a los pies de la iglesia de Santiago. En la parte más alta de mi pueblo. En el límite de Franza e O Seixo.
El pueblo se extiende desde la iglesia hasta el mar y desde el cementerio se puede contemplar el pueblo y la ría de Ferrol.
Sería quizás por la variedad de  flores de las tumbas y los nichos, los cipreses o los viejos árboles que lindan de los bosques al cementerio lo que hacía sin duda para mi  no sólo un lugar santo, sino mágico. Mis padres me contaban que la gente cuando moría descansaba sus cuerpos en ese lugar, y sus almas subían al cielo. Sabía donde estaba cada familiar en el cementerio y preguntaba también quien había en cada sitio, quienes eran… Escuchaba atentamente lo que me contaban no como algo tétrico, todo lo contrario, era algo fascinante. Una puerta entre el cielo y la tierra había entre nosotros y no tenía duda que la comunicación era posible.
Empecé a ir yo solo al cementerio. Saludaba a mis familiares y les hablaba, contaba cosas tanto a ellos como a demás difuntos. A veces apoyaba las manos en los nichos, cerraba los ojos, con la intención de poder averiguar cosas de sus vidas. Sentir como podían estar y como si fuera dibujos animados les mandaba energía con mis  manos con la intención de llenarles de luz. Hablaba con los muertos de lo que quería ser de mayor (yo quería ser artista) y cantaba y bailaba entre las tumbas y los nichos. Como iba a suponer en esos juegos infantiles que para muchas culturas los cánticos y las danzas se usaban para invocar a los espíritus. Si alguien quiere saber si yo deseaba ver algún muerto o espíritu. Lo deseaba totalmente, pero nunca vi ninguno. Quizás porque siempre se van a presentar como tu estés preparado para sentirlos. Por supuesto yo no lo estaba. Quizás se presentaban en el silbido del viento entre los árboles, o en el vuelo de las mariposas mientras cantaba.  Pero he de confesar que cuando abandonaba el lugar. Siempre he tenido el mismo ritual. Me giraba en la puerta contemplando el lugar mágico, me santiguaba  y me sentía lleno de energía.  Ahora se que salía bendecido por mis ancestros y los espíritus.
Nunca he dejado de ir al cementerio. En cada regreso a mi hogar, un día o dos vuelvo siempre al jardín de mi infancia, paseo entre los recuerdos, entre los nichos y las tumbas. Medito, rezo o simplemente respiro el aire fresco que corre entre los árboles, el silencio roto de vez en cuando por ráfagas de viento, la tranquilidad del lugar y la energía viva que el sitio me trasmite. Me relajo y dejo que la energía fluya. Los muertos son cuerpos que el alma abandona para seguir creciendo y compartiendo. Un canal de energía entre la tierra y el cielo es el camposanto. Entre la vida y la muerte. Un lugar sagrado donde su propia energía va trasmutando según el tiempo y el espacio.
Ahora la pregunta obligada sería: “¿Se puede comunicar uno con los muertos? ¿Se puede tener señales del más allá?” No voy a decir que si ni que no. Solamente contaré una anécdota  tan real como que existe la vida y la muerte.
Durante mi adolescencia siempre he tenido una relación muy especial con mi tío abuelo Arsenio (hermano de mi abuela). Era un hombre al que la gente consideraba raro. La verdad no era un hombre común, como la gente de su edad en el pueblo, tampoco había tenido una vida común e igual a la de ellos. Era una persona que había viajado mucho por el mundo. Se había casado divorciado varias veces, cuando aquí eso era una cosa impensable él ya lo había vivido hasta tres veces. Había pasado por campos de concentración. Y tenía una  mentalidad mucho más abierta incluso que de gente más joven que él.  Yo pasaba tardes enteras en su casa donde él me contaba historias, hablaba de los libros que leía… poco a poco con los años mi tío empezó a convertirse en una persona huraña y desconfiada. Yo creo que no se pudo adaptar a una vida nueva en España. Desconfiaba de todo el mundo hasta tal punto que sólo a mí me dejaba entrar en su casa. Con el paso del tiempo mi tío empezó a enfermar todavía más, cuando iba a su casa se hacía el muerto y me asustaba. Yo no estaba preparado para asumir una muerte. Y sobre todo encontrarla de cara. Mi tío enfermo más y hubo que ingresarlo en el hospital. Yo de aquella empezaba a vivir en Madrid. No tuve valor para visitarlo los últimos meses de su vida cuando estaba  más enfermo. Y en el primer estreno de mi primera obra de teatro en Madrid mi tío falleció. A mí se me comunicó al día siguiente. No me despedí de mi  tío.
Pasaron los años, todo lo de mi tío de herencias y más cosas estaban resueltas desde el momento de su defunción. Pero yo no olvidaba haberme despedido de mi tío. A veces en sueños, era como si mi tío siguiera  vivo y esperaba que me fuera  despedir de él. Una tarde en el cementerio lloraba ante su nicho. “Necesito una señal, algo para saber si me perdonas, si estás ahí, si me guardas rencor… Necesito saberlo”.  Lloraba sinceramente por la pena y la culpa de no haberme despedido.
Aún no había pasado un mes ya de vuelta en Madrid. Recuerdo que estaba pasando duros problemas económicos. No podía hacer frente a mis gastos. De repente en mi libreta de ahorro apareció una importante suma de dinero. No sabía de donde podía haber venido. Primero pensé que me lo había ingresado  mi familia pero no era el caso.  Cuando fui al banco me explicaron que apareció una libreta de ahorro de mi tío y tenía mi nombre como segundo titular. Por eso directamente lo ingresaron en mi cuenta.
Recordé la tarde en el cementerio. Supe que era la señal y que él no sólo me había perdonado sino que desde donde estaba me protegía en mi camino como yo siempre le pedí. Luz también para ti tío Arsenio.
Desde el jardín del alma
                                                     Siso Santos

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“A casa da nai” “La casa de la madre”

            “Cando alguén ten a necesidade de voltar a casa da nai. Non só ten a necesidade de atoparse de novo coas suas raices. Nin sentir o refuxio do fogar. Ten a necesidade  de abrazar de novo a ese neno interior que levamos sempre con nós. O noso propio EU.”
“Cuando alguien tiene la necesidad de volver a la casa de la madre. No solo tiene la necesidad de encontrarse de nuevo con sus raíces. Ni sentir el refugio del hogar.  Tiene la necesidad de abrazar de nuevo a ese niño interior que llevamos siempre con nosotros. Nuestro propio YO.”
A veces por cansancio y otras por perdernos en la vida, tenemos la necesidad de volver a la casa de la madre. A volver a recordar la infancia, el tiempo vivido atrás, donde nos encontrábamos refugiados y protegidos por nuestros padres. Es volver a encontrar a ese niño que se permitía crecer sin miedo. Recordar la esencia de quienes somos para permitirnos seguir creciendo.
Yo reconozco la necesidad que tengo muchas veces de volver a mi pueblo. Volver al hogar. “O Seixo” significa cuarzo. La historia dice que donde ahora es un muelle, antiguamente había una piedra de seixo donde atracaban en antaño los barcos. Necesito sentir la energía de la piedra y el mar. El río, donde recuerdo de pequeño lavar en el lavadero con una vecina mayor que me llevaba por las mañanas y después desayunaba en su casa. Las fuentes, antiguamente eran puntos de reunión pues todos los habitantes del pueblo recogían agua para sus casas. El monte, de pequeños era nuestro sitio de juegos preferidos donde hacíamos cabañas, Y claro esta la marea y el mar, donde pasábamos tardes enteras en el agua o en las barcas remando buscando lugares nuevos para el baño o sin que lo supieran los mayores haciendo batallas  de embarcaciones con los achicadores, con el objetivo de hundir el bote contrincante.
A pesar de muchas cosas que haya contado anteriormente en otras entradas. Tengo que reconocer que yo he sido y soy una persona muy afortunada. Pues la vida me ha dado regalos maravillosos y me los sigue dando. Me enseña muchas cosas, a veces antes de entenderlas aparentemente duras pero después entiendo que son necesarias para el aprendizaje que he querido vivir. Mi infancia en mi pueblo fue uno de los regalos más maravillosos que me ha dado Dios. No habría escogido ningún lugar mejor para pasarla.
La casa de mi madre esta situada frente al mar. El sol la ilumina desde que sale hasta que se pone todo el año. 
Yo se que no he sido un hijo fácil. Mi condición, mi rebeldía, mi manera de querer vivir sin duda lo ponía muy difícil a unos padres que no tenían que estar preparados para eso. Pero reconozco que por muy difícil que haya sido, siempre habéis estado ahí. A veces sin saber como reaccionar, pero siempre presentes. Y aunque fuera difícil compartir ideas, nunca me he dejado de sentir querido. Por eso no es extraño que aún hoy en día tenga la necesidad de volver a la casa de mi madre. A llenarme de la energía de las raíces de la tierra donde me crié.  A pesar de todo lo vivido fui muy feliz. He tenido una infancia muy feliz. Eso nunca habría ocurrido sino tuviera los padres que tengo. 

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                                                         Siso Santos


“Ratas”

    Las ratas en occidente siempre fueron consideradas como animales no gratos, animales inmundos de malos presagios, símbolos de enfermedades y miserias. Por lo contrario en oriente las ratas son símbolos de astucia y riqueza. Es el primer animal del horóscopo chino. Es un claro líder y pionero donde la gente le sigue arrastrada  por sus encantos y carisma. A pesar de poder tener una mente fría es muy pasional y protector con la gente que ama.
La rata es un elemento de agua que fluye y se amolda a cualquier situación que le toque vivir. Representa la sabiduría, por eso  no es extraño que en la película las Tortugas Ninjas el maestro Splinter fuera una rata. Ni tampoco que en la mitología hindú estén tan representadas las ratas como es el caso del Dios Ghanesa que cabalgaba sobre una rata enorme cuando se dirigía a la batalla. O que en le templo de Karni Mata se mantienen vivas unas 20.000 ratas porque según una antigua creencia son la reencarnación de santos que allí habitaron.
En alguna ocasión he hablado de cómo las hadas y las mariposas me habían  guiado por caminos en mi vida. En este momento lo vuelvo a  hacer pero con las ratas. Animal que siempre he despreciado y me dio un asco terrible, no quiere decir eso que ahora  vaya a tener una rata como animal de compañía, no es el caso tampoco pero si estoy empezando a entender el significado de la simbología de las ratas. Estoy entendiendo que la rata es un animal marcado mucho por nuestros prejuicios y en cambio es un símbolo  que nos puede enseñar muchas cosas.
En tres momentos duros, cruciales y a la larga (¡ojo! Digo a la larga porque primero hay que asumir) importantes y enriquecedores a la vez estuvieron marcados por ratas:
La primera vez fue a los 25 años. En plena explosión de rebeldía. Mi único pensamiento la noche, alcohol, drogas… Deseando gustar a toda costa sin gustarme nada de mí mismo.
Fue en una noche de invierno, salía de mi casa para ir de fiesta abierto a todo lo que me podía ofrecer la noche. Era una noche fría de invierno. Me acuerdo del viento, la noche estaba completamente desapacible, desierta.  Salía de mi casa a la zona de Opera atravesando la Plaza Mayor. La plaza estaba desierta, solo el viento frío me rozaba la cara y silbaba entre los arcos de los soportales y los pasadizos. De repente sentí un golpe mudo en mi pierna. Una peso que ascendía de la rodilla hasta el muslo. Como acto reflejo lleve mi mano y sentí algo con pelo en mi pierna. “¿Qué es esto?” fue mi primer pensamiento. Cuando miro una rata enorme estaba trepando por mi pierna. Grité. Gritaba desesperadamente agitando brazos y piernas. La rata salió disparada por los aires. Y yo corrí hasta uno de los soportales, llevando mis manos al pecho intentado calmar  tanto mi respiración como los latidos de mi corazón que iba a mil por hora. Esa misma noche, en brazos de un desconocido, supe que había cogido el vih.
Pasaron años cuando tuve mi siguiente experiencia con las ratas. Había dejado una relación tormentosa que me había estado torturando durante años. Mi vida se rompía y tenía que volver a empezar. Yo sabía que era un sueño, soñaba que estaba soñando. Y aún así el sueño se apodero de mí. Soñaba que estaba dormido placidamente en mi cama y empecé a sentir el contacto de un cuerpo masculino con vello. Me excité. Podía sentir el contacto mutuo y las caricias con ese cuerpo en mi cama. Me excité todavía más. Abrí lo ojos porque quería ver quien compartía conmigo la cama. No vi a nadie. El contacto del calor humano y el vello de un hombre peludo lo seguía sintiendo por mis piernas. Abrí las sabanas. Y allí estaban. Ratas y más ratas recorriendo mi cama. Andando por todos los lados. Cada vez eran más y yo gritaba intentando librarme o escaparme de ellas. Desperté gritando peleándome con unas sabanas que no tenían nada. De aquella trabajaba de limpieza en un gimnasio, y tuve una operación de vesícula. Estuve tiempo recuperándome para poder trabajar y me quedé sin trabajo. Tenía que empezar de cero. 
La última experiencia con las ratas fue el verano pasado en mi casa en Galicia. Donde yo tengo mi habitación es una casa vieja pequeña pegada al mar. Mis padres habitan en otra casa al lado. Yo siempre dormí en la casa pequeña y aún ahora me gusta dormir en el mismo sitio. En una habitación dando al mar. Ese verano yo empezaba a estar cansado y tener muchos dolores por el cuerpo. “El cansancio será del invierno, necesito descansar”. Por encima del techo se sentían pasos que corrían por toda la casa. No hay piso de arriba. Solo techo y tejado. Primero pensé que eran pájaros andando por el tejado. Pero por las noches había pasos por encima de mi cama y por el resto de la casa.
Como si alguien anduviera a sus anchas por el piso de arriba. Los  pájaros por la noche duermen. Las aves nocturnas vigilan para cazar no para pescar y no pasean por tejados, se posan. Los pasos venían del techo no del tejado. En cambio en las mareas si habitan ratas.
Fueron muchas las noches que sentía los pasos por encima del techo de la casa, recorrían tacatacataca… por todos los rincones, y se detenían encima de mi cama rascaba el techo de madera y se detenía. Después me enteré que las ratas buscan los sitios mas calientes para dormir. El sitio más caliente en un sobretecho vacío es encima de mi cama por el calor corporal que yo desprendía. Otro día yo cambiándome de ropa  en mi casa para ir a la playa pude comprobar que los pasos de la rata me seguían por la casa. Donde iba la rata me seguía. Si me paraba la rata se detenía en el mismo lugar. La rata había trepado por la pared y se metió por un agujero que había entre la pared y la uralita del tejado. Había un habitante más en la casa. La única tranquilidad que me daba era saber que no podía bajar al piso de abajo.
Sabía que había una señal en todo esto. Yo me encontraba cada vez peor, mirando las cartas de tarot, las cartas siempre eran las mismas. El loco y el ermitaño o el loco y el diablo. Algo  estaba pasando con mi salud no tenía duda. Todo el mundo me decía que era el stress. Yo sabía que había más. Cuando empecé ir al medico después del verano en Madrid. Todo me salía bien. Pero yo sabía que algo fallaba y era el sistema nervioso. Los médicos no  encontraban nada. Yo propuse que me enviaran a un neurólogo me dijeron que aquí no pintaba nada un neurólogo. Mas tarde se descubrió que tenía una inflamación en el sistema nervioso y estoy atendido por un neurólogo.
Igual que otros animales o seres de luz te guían en el camino. Las ratas te advierten: “Algo diferente va a ocurrir. Nadie dijo que fuera fácil. Recuerda que no ocurre nada en la vida que no podamos hacerle frente. Déjate fluir por los acontecimientos. Se astuto. Eres un guerrero. Transforma las dificultades en beneficios para tu propio yo. Crece. Eres fuerte. Y nunca olvides tu maestría”

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                                                       Siso Santos.