Silencio

Silencio

«La meditación y el silencio son para el alma como dormir para el cuerpo y la mente»

Cerrad por un momento los ojos… Siente. Quedaos por un momento en un lugar tranquilo donde no haya ruido ninguno… Siente. Sólo cuando cerramos los ojos y estamos en silencio podemos vernos y escucharnos. Las imágenes y los ruidos externos  la mayor parte de las veces son los causantes de no poder estar en presencia de nosotros mismos. Por eso es tan lleno de vida el silencio para escuchar nuestra propia voz.  La voz que no tiene sonido, la voz que nace directamente del alma y se trasmite a través de la emoción. A veces dolida, cansada, afligida o potente y otras veces tan clara como la más hermosa canción. El silencio nos rodea y nos envuelve para acariciarnos y hacernos presentes.

Silencio… Llega el momento íntimo de estar conmigo mismo. Con mis dolores y mis angustias; mis miedos y mis desafíos; mis deseos y mis triunfos… El alma pide su espacio a gritos. Me dejo embaucar por la melodía de mis pensamientos y yo… Sólo yo, me convierto en emisario de mi propia vida. Silencio… Un mar de melodías y gaviotas me trasladan a paisajes remotos de mi infancia.  El tiempo se traslada despacio y lento mientras las palabras en forma de imágenes van deslizándose en la mente. El viento azota con suavidad envolviéndome en una suave brisa marina. Silencio… Me embriago en un dulce baño de energía de colores. Floto sobre la estancia donde permanezco. No siento los pies. Me olvidaba de que pocas veces lo siento. Pero están ocupando su propio lugar en el mundo.

Silencio… Qué placentero esta sensación de flotar en el espacio! Volar mucho más allá de la vida o de la muerte. Ocupar mi presencia.  Cruzar ese dulce viaje de embriaguez del drogadicto en su primera dosis que nunca más se  volverá a repetir. Aquí no hay sustancia ninguna, no es  necesaria.  Hay algo mucho más potente y bello: Silencio… Silencio… Silencio…

Silencio para reencontrarme…. Silencio.

 

 

En el jardín del alma.

Siso Santos.

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