Vivir » bailando como vuelan los pájaros»


Normal 0 21 false false false ES X-NONE X-NONE

Vivir
Recuerdo una pesadilla que se me repetía muy a menudo, en los últimos tiempos con más frecuencia. La pesadilla empezaba distinta pero siempre terminaba de la misma forma. Yo corría hacía algún sitio o intentaba escapar de algo o alguien que no podía identificar pero me asustaba. Las piernas me pesaban mucho. Intentaba correr pero las piernas no me dejaban avanzar y terminaba despertándome con mucha angustia y con sudores por todo el cuerpo. No podía imaginar que esto fuese una premonición de lo que me iba a pasar.
Hablé en entradas anteriores del dolor que sufría por una enfermedad que padezco. Hablé también de las consecuencias que me llevó arrastrar una enfermedad “rara” de la que poco se conoce y aún hoy en día no sé pronunciar.  Sé que perjudica al sistema nervioso que influye a su vez a todo el organismo y sobre todo a los músculos. Sentí y pude comprobar como mi cuerpo se desvanecía y caía al querer avanzar y a su vez todo a mí alrededor se derrumbaba. Peleé como un gato furioso atrapado con uñas y dientes. Dios sabe que peleé y puse todo mi amor en ello. Caí tantas veces como de tantas me levanté. Aunque reconozco que muchas caídas hicieron heridas y no de todas fue fácil curarse.
Creé mi mayor sueño, formé mi escuela. Un lugar abierto para la sanación. Para que todos maestros y alumnos tuvieran un lugar para desarrollarse, crecer y ayudarse a sanar. Por ironías de la vida fui yo quien enfermé. Cuando más quería andar, crecía el dolor, tropezaba y caía.  He pasado tanto dolor y he sufrido tanta impotencia. Que he de reconocer que en mis horas de intimidad y soledad recé por morir. No entendía que pasaba ¿Por qué ocurría tal cosa?
No puedo dar ahora una respuesta. Pero si puedo decir que la escuela que nació como un centro de sanación; a mí me salvo. Una enfermedad que podía haberme dejado paralítico no impidió que dejase de andar. Eso sí fue duro el trabajo. Pero ahora he aprendido a entender el amor en todas sus formas. Por eso quiero dar las gracias a tod@s los que me han acompañado en este trayecto. A los que os fuisteis por que no confiabais en mi capacidad, a los que os fuisteis por que se os hacía duro ver mi deterioro, a los que me atacasteis por no soportaros a vosotros mismos, a los que me acompañasteis y sentí vuestro apoyo y cariño y a los que fuisteis mi bastón para no caer. Gracias!!!  Qué estúpido he sido. Peleando por tener una escuela y nació algo mejor… Un hogar.
Por eso puedo decir que a pesar de las dificultades, del dolor, la enfermedad, las pérdidas económicas que sufría mes a mes… Todo ha valido la pena viendo a mis alumnas como ellas luchaban por la escuela como algo suyo. Gente que daba las gracias por haberles dado ganas de vivir; mujeres sin pecho que ahora pueden peinarse; mujeres que nunca tuvieron amigas porque solo pasaron de padre a marido y por fin tienen amigas por ellas mismas y puedan contar intimidades que en su vida pensaron que se podría hablar de ello y no pasa nada; o mujeres mayores que por fin se convierten en chicas; o mujeres que nunca se les dió la oportunidad de hacer algo por ellas mismas y ahora son las que llevan las riendas de su vida y las de su casa… Sí. Por todo eso ha valido la pena.
Ahora ya estoy recuperándome. Cada día que pasa me siento que tengo más fuerza, el dolor va remitiendo y cada vez es más prolongado el tiempo que ando sin dolor ninguno. Sé que hay un antes y un después. Antes tenía ahorros ahora no tengo nada. Pero nunca en mi vida me he sentido tan fuerte como ahora. No fuerza de luchador de comerme el mundo. No. Algo mejor, tengo una serenidad tan grande que a mí mismo me asombra. No tengo miedo a nada y nunca he dormido mejor que ahora. El universo es tan inmenso que todo está al alcance de la mano, solo es aprender a pedirlo. A pesar de mis piernas débiles, mis pasos los siento fuertes. Y el paso es el oxígeno principal de vivir.  De vivir como siempre he soñado “Bailando como vuelan los pájaros”.
 
En el jardín del alma.
                                                                     Siso Santos.

2 respuesta a “Vivir » bailando como vuelan los pájaros»”

  1. Qué palabras más hermosas, Javi. Han sido tiempos difíciles pero ver tu determinación y tus ganas de seguir, la serenidad con la que aceptas las cosas y la fuerza de la que hablas ahora, me hace inmensamente feliz. Para mí ha sido una suerte que entraras en mi vida, y contigo toda tu sabiduría y tu amor. No sabes hasta qué punto echo de menos la escuela, el hogar que formamos entre todos. Un abrazo y espero verte pronto, querido amigo.

Deja un comentario