El corazón de Alá

  
   La espiritualidad y la religión son dos términos tan antiguos como el hombre pero muy a menudo se confunden.

La espiritualidad es el camino personal de cada individuo que le acerca a Dios. La religión es una doctrina basada en creencias, cultura, costumbre e historia de un lugar. Tiene el propósito de mostrarnos a Dios pero con una particularidad, el poder
La espiritualidad es libre porque es personal, nace desde el corazón, la religión en cambio esta marcada por reglas y normas dependiendo del lugar en el que hayas nacido o te hayas criado.
Yo por mi lugar de nacimiento vengo y fui criado en familia católica. Por supuesto sin preguntarme me hicieron católico, para lo bueno y para lo malo fui educado en la religión católica.  Si hubiese nacido en un país musulmán vendría y sería criado en familia musulmana. Por supuesto sin preguntarme me harían musulmán, para lo bueno y lo malo sería educado en la religión musulmana. Así podría ser en cualquier religión pero es tan curioso que las bases de todas sean tan iguales. El cielo y la tierra, el espíritu y Dios, la materia y lo etéreo.
Por eso todas las religiones tienen el mismo fin, mostrarnos el espíritu de cada uno que nos acerca a Dios. Ahora mismo puedo reflexionar mientras medito y dejarme invadir mismamente por el corazón de Alá y que sea el quien dirija estas líneas.
Puedo envidiar al indígena afortunadamente olvidado que allí en un punto alto de la selva entre la tierra y el cielo, entre lo divino y lo humano, justo en el regazo de Dios contempla y admira la belleza de la vida y el mundo. Mientras en un mundo civilizado hermanos se matan entre ellos desde todos los tiempos en nombre de un Dios verdadero que irónicamente habita en cada uno de nosotros. Nunca una matanza o un crimen fueron en nombre de Dios, es en nombre del poder.
Que nunca se use el nombre de Dios en vano.
Que nunca más se manche de sangre el corazón de Alá.
                                                        Siso Santos.

El arte como sanación.

El arte no es una cosa sino un camino.
Elbert Hubbard

La observación de la naturaleza y la meditación han generado el arte.
Cicerón

El arte es la expresión de los más profundos pensamientos por el camino más sencillo.
Albert Einstein

El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad.
Picasso

Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma.
G
eorge Bernard Shaw


Citas de filósofos, intelectuales o artistas. 
Ahora la cita sería la que crease nuestro propio artista o nuestro propio filósofo describiendo el arte: “Para mi el arte es un instrumento perfecto para crecer, expresarse y comunicarse con el mundo”.
He de confesar que yo nunca he querido dedicarme a la sanación, fue el camino de la vida el que me fue llevando hasta ahí. Yo quería ser artista, soñaba sobre todo con el teatro, escribir o bailar. Me imaginaba e inventaba historias que me servían para evadirme de la vida. En mi mundo imaginario tuve una infancia feliz. Ya los mayores se encargarían de castrarme todos los sueños. “Eso no sirve para nada.” Pero se equivocaron, fue el primer paso de mi sanación.
Cuando llegue a Madrid a estudiar arte dramático tenía apenas 20 años. Disléxico. No tenía ni idea de nada. Hablar cara al público me aterraba y me temblaba todo el cuerpo. No sabía respirar y mi voz no era capaz ni de proyectar una sola vocal que pudiese entenderse. Fue el trabajo constante del movimiento expresivo el que me mostró que tenía un cuerpo. El esfuerzo de mi profesor de voz, por conseguir que pudiese articular palabras; incluso cantar. Las clases de interpretación, estar cara al publico… “¡Cuántos monólogos habré hecho Dios mió!” Parece que estaba predestinado. De una forma u otra nunca he dejado de trabajar cara al publico.
Y por supuesto los análisis de texto. Leer a Shakespeare, Lorca, Ibsen, Anton Chejov, Terence Williams… Entender y construir  un personaje sin juicios, comprender que no hay malos ni buenos, solamente circunstancias… Y sin ser consciente en aquel tiempo tenía la clave para el primer paso de cualquier sanación… EL PERDÓN. 
William Shakespeare dice en hamlet: “Hay cosas en el cielo y en la tierra que nunca podremos entender…”  Obviamente es un genio.
                                                                                    Siso Santos.

Caminando entre hadas II

Continuación…
        De repente todo quedó en calma. La energía densa, oscura y amenazante iba amainando como la niebla, dejando tras si una energía clara y acorde a la armonía del lugar.
Las hadas volaban por el patio siempre por sitios donde la vista del peregrino  pudiera alcanzarlas indicándole que entrara, parecía que la casa había aceptado su visita y le abría sus puertas. Tímidamente entró.
 A partir de ahí vivió realmente una experiencia mágicaLa casa físicamente no había cambiado nada, pero sí su manera de verla. La podía ver desde su interior, desde la mente. La podía ver como había sido realmente en su tiempo. El patio de  entrada estaba bien cuidado, con plantas y había un hórreo que ya no existía. En los establos había vacas, un par de cerdos y caballos. En la cochera un carro en buen estado  que se usaba para la labranza.
 Subió las escaleras de piedra hasta el piso superior, el balcón era de suelo de losa y lo vestía una barandilla de madera que ya no existíaLas habitaciones de la casa estaban vacías, sólo el esqueleto roto de una cama metálica permanecía en una habitación pero el peregrino lo veía todo lleno de vida. Contempló el paisaje desde el balcón. Lo que ahora eran silveras y matorrales en un tiempo atrás fueron campos de labranza. Una voz dentro de él, como si alguien le estuviera hablando mentalmente por telepatía, le susurraba y le mostraba la historia de esa casa.
 “Hemos sido muy felices en esta casa, hemos vivido aquí generaciones. Hemos vivido de la tierra, del campo, del  ganado, bajábamos al río a  moler el grano en los molinos… e incluso podíamos aprovechar para pescar. Trabajábamos para la tierra y la tratábamos y ella nos alimentaba. Hemos sido muy felices en esta casa”  Mientras la voz le  confesaba al peregrino su historia, él por su parte recibía imágenes en el interior de su mente. Ir y venir de gente, la casa en perfecto estado, los campos plantados… La vida en estado puro. El corazón del peregrino latía con fuerza.
 “El tiempo es algo que va cambiando y modificando continuamente, aunque la tierra nunca deja de ser tierra. La gente empezó a irse, cambiaban el campo por la ciudad incluso a veces despreciando a la propia tierra. Nos fuimos quedando solos… Lo que en un tiempo fueron plantaciones, después con un poco de huerta llegaba para nosotros dos. Un día Nuestro Señor llevo a mi marido con él. Yo no estaba sola. Estaba con la tierra. Alguien decidió que no era lugar para mí y me llevaron a una residencia. No recuerdo más. En mi siguiente recuerdo ya estaba en la tierra”  El peregrino se estremecía con cada palabra.
 “Ahora conocerás el secreto de esta casa.”  Sin saber el por qué el peregrino  hipnotizado por la magia del lugar y por la experiencia vivida  se dejaba guiar sin saber a donde. Descendió las escaleras, atravesó el interior de la casa por la cuadra y se encontró de repente en un patio interior, allí en medio de las ruinas fue testigo de algo realmente bello. Dos castaños frondosos del tamaño como de tres cuartas destacaban entre las ruinas. Llegaban a poco más de las rodillas del peregrino. “Estos castaños están absorbiendo todo la energía y todo el amor de esta casa. El día en que sean suficientemente fuertes e independientes la casa caerá, mientras protegerá a estos castaños.”  
 El peregrino lloró absorto entre emoción y agradecimiento. “Ahora debes irte”. Dió las gracias a todo el lugar y abandonó la casa… 
Una vez fuera el peregrino se  dió cuenta de que ya no estaban las hadas. Parecía que hubiera ocurrido un instante pero habían pasado horas. No se había enterado de la mochila para nada, la llevaba pero no notó su peso en ningún momento. No estaba cansado, no tenía molestias ni sueño… Era como empezar andar por primera vez el camino por que estaba completamente fresco y descansado.
 Fue  llegando a Samos cuando se encontró con peregrinos de nuevo. Recordó las hadas y supo sin duda que las encontraría más veces a lo largo de su vida y así ha sido y así será.
 Tan claro lo tiene que ha creado un jardín. 
 En el jardín del alma. 
                                                                                  Siso Santos.

Caminando entre hadas.

Permitidme que esta anécdota la cuente como un cuento.

 

Había una vez un peregrino que venía haciendo el camino de santiago desde el Bierzo. Se encontraba en la etapa de Triacastela a Samos. Si Samos es mágico de por si, el camino a él es todo magia.

 

Era el mes de agosto y hay muchos peregrinos en esa época, es conveniente madrugar para coger sitio en los siguientes alberges, así que a las cinco de la mañana estaba en pie.

 

Para llegar a Samos hay que pasar por varias aldeas que parecen sacadas de cuentos encantados, rodeados de bosques frondosos y molinos de agua. En una de estas aldeas es donde empieza esta historia. 

 

Nuestro protagonista nunca pudo recordar el nombre de esa aldea y nunca pudo encontrar a alguien que se lo pudiera decir. Sabía que estaba atravesado y rodeado por un río y que en medio del pueblo había un puente para cruzar el río de un lado a otro. Hasta ese sitio fué acompañado de peregrinos, no volvería a ver ninguno más hasta haber terminado la aventura.

 

Al salir de la aldea había un cementerio pequeño también a la orilla del río. Sólo el sonido del agua y los cantos de los pájaros mañaneros se distinguían en medio de tanta paz, potenciando todavía más la armonía del lugar. Se sentó, quería inspirar y llenarse de toda la magia y la fuerza de la naturaleza que allí reinaba. Cerraba los ojos y se llenaba de vida.

 

Al abrir los ojos se vió rodeado de mariposas deambulando por su alrededor. No parecían tener miedo a su presencia. Se levantó y se puso en marcha para no retrasarse. Las mariposas le acompañaban como marcándole el camino. Jugueteaban entre ellas y se cruzaban delante de él como si nada. El peregrino estaba asombrado tanto por su belleza como por su presencia. De repente un presentimiento claro y rotundo invadió todo su ser. No son mariposas. Son hadas.

 

Siguiendo el sendero entre robles y castaños llegaron a una desviación que les apartaba del camino para llevarles a una casa enorme y deteriorada. Las hadas cogieron esa desviación camino a la casa pero deambulaban por el mismo sitio sin avanzar. Era como si le estuvieran invitando a seguirlas. La casa solitaria en aquel lugar del bosque le llamaba la atención y decidió seguirlas.

 

Era un caserón precioso de piedra típico de la provincia de Lugo. Se diferenciaba perfectamente que la parte baja había sido una cuadra y una cochera. Aún se podía ver dentro un carro de caballos deteriorado con la madera podrida. Una escalera de piedra llevaba al piso superior donde una balconada presidía todo el frente uniendo la puerta principal con otras secundarias y ventanas. Aunque la mayoría de puertas y ventanas o no existían ya o estaban rotas. 

El acceso a la casa era por un patio exterior, con una entrada de coche de caballos y tenía una muralla de piedra caída por varios sitios. Fue al entrar en el patio cuando ocurrió todo. 

Una energía densa salía de la casa y no le dejaba avanzar. Las piernas se le paralizaban. Era una fuerza que rompía la armonía del lugar. Era como si alguien, algo o incluso la energía de la  propia casa lexpulsaran de ese sitio. Retrocedió con la intención de marcharse, estaba asustado.

 

Una vez fuera se detuvo y miró a la casa, era como si tuviera vida. Como si una energía oscura se encargara de que nadie entrara ni invadiera ese lugar. “Luz… Luz…”  “Luz para todos…” Gritaba el peregrino desde el exterior a la casaPoniendo símbolos de reiki al aire (poder, luz, amor…) con la intención en su ignorancia que esa energía pudiese sanar o aliviar en lo que pudiese hacer falta…


De repente todo quedó en calma. La energía densa, oscura y amenazante iba amainando como la niebla, dejando tras si una energía clara y acorde a la armonía del lugar…


 

                                                                                  Continuará.

 

 

 

 


Recordando la Cárcel de Estremera

   No me daba miedo entrar en una prisión, lo que me daba miedo era no estar a la altura de las circunstancias, al fin y al cabo: ¿Qué podía aportar yo dando clases de risoterapia? 
Así fue como empezó todo. 
Era una mañana fría y soleada de invierno. Me llevaban en coche trabajadores de EstremeraTenía el estomago lleno de mariposas. Era como tener la primera cita con un hombre que te gusta mucho. Quieres que todo salga bien pero parece que metes la pata en todo.
Cuando me encontré a solas con los internos en el aula taller donde íbamos a dar la actividad, el  primer pensamiento era: “¿Qué hago yo aquí?”. Aunque lo mismo también pensaban ellos, ya que algunos iban obligados.  Ellos me miraban como diciendo que coño es la risoterapia y que hace aquí este maricón.  Yo sabía que lo tenía todo en contra. Eran hombres y con sus cuerpos estáticos cada uno marcaba bien su sitio y su virilidad. Contactos mínimos…  
¿Cómo poder llevarlos a mi terreno? Empecé poniendo  música para ayudar a relajar y respirar.  Hiciera lo que hiciera estaba juzgado desde el principio. 
Tenía que romper el ritmo“Tenéis razón esto es una mariconada. Vamos a hacer un ejercicio de confianza”.  Cogí un taburete alto y lo puse en medio. “Uno se subirá a él, cerrará los ojos y se dejará caer de espaldas… Los demás lo sostendremos con las palmas de las manos y lo bajaremos al suelo con cuidado”
“¡Ni de coña!” Decía uno. “Esta bien, si tenéis miedo subiré yo primero”. Y así lo hice. Alguien me amenazó. “En la cárcel ocurren accidentes” “Pues espero que no sea hoy el día”.  Estaban descolocándose y poniéndome nervioso. 
“Preparados” Cerré los ojos. “A volar…» Me deje caer de espaldas al vacío, un montón de manos me elevaron,  querían impresionarme, casi tocaba el techo. Yo gritaba, decía que para soltar tensiones…. ¡¡¡Una porra!!! Me daban miedo las alturas. Sólo los más perspicaces podían notarlo porque una risa floja y tonta me delataba.
Una vez en el suelo un gitano de edad muy madura me dijo: “eres muy valiente al hacer lo que has hecho”.  “Como os voy a pedir que confiéis en mí si no confío yo en vosotros.” Se hizo una pausa.
 No sé que pasó pero uno a uno fueron subiéndose al taburete y se dejaban caer de espaldas. Las tensiones desaparecieron. Empezamos a jugar. Hubo risas, después terminamos con una relajación.  Hicimos reiki. Ponían manos libremente donde lo sentían y se dejaban fluir… Al terminar el gitano me dijo: “Es la primera vez que me olvido que estoy en la cárcel.  Te doy las gracias”. Mis ojos se llenaron de emoción.
Se creó un grupo. Trabajábamos desde la energía que teníamos en ese momento. Hacíamos teatro, biodanza, risoterapia, reiki… o simplemente hablábamos y  compartíamos…
Fuí dos días de prueba al Centro penitenciario de Estremera y me quedé tres años. Siempre fuí recibido por los internos con dos besos, un abrazo o si me daban la mano me la daban de verdad y con una buena mirada.
Doy las gracias a todos los trabajadores del centro penitenciario de Estremera, al  Padre Garralda y su fundación “Horizontes Abiertos” por haberme dado su confianza.
¡Ah! Se me olvidaba… No he vuelto a tener miedo a las alturas…
                                                        Siso Santos


El día en que el Reiki llegó a mi.

         El Reiki llego a mi vida como la mayoría de las cosas importantes. Por “casualidad”.  Yo buscaba algo nuevo en mi vida. Cambios. No sabía  cuales, ni mucho menos por donde buscar. Además tenía el obstáculo más poderoso que puede tener el ser humano. EL MIEDO.
Me daba miedo absolutamente todo. Antes de empezar cualquier cosa nueva,  aparecían todos los pensamientos negativos y  me aturdían. Eso me daba rabia y frustración, provocando la mayoría de las  veces dejar las cosas a medias o sin terminar.
Una cosa que me aterraba infinitamente era la agresividad. Los gritos y la tensión me paralizaban. Yo he sido un niño  maltratado e incomprendido  por una educación muy convencional en una ciudad pequeña y militar. Nada apropiado para un niño que le gustaba jugar con muñecas y ser artista.
Pero ahora si quería pelear con el mundo, enfrentarme a todos mis miedos y avanzar, para eso decidí hacer kung fu. En mi fantasía me imaginaba pegándome con  hombres muy duros y venciéndoles. La rabia me consumía.
Un día caminando por la calle por  “casualidad” encontré una escuela de Tao. Entre todas las actividades  estaba  kung fu. Mi desilusión fue entrar y enterarme que no había grupo de kung fu. Mi gozo en un pozo.
Pero la casualidad como siempre está predestinada. Un grupo de gente se reunía para intercambiar Reiki en ese lugar a esa misma hora. Yo conocía el Reiki de oídas. Algo de imposición de manos para trasmitir energía. Poco más. Me invitaron a probarlo y acepté.
Todo me fascinaba. El lugar mágico de la sala, la cantidad de gente que había para dar y recibir Reiki, la “paz” que se respiraba… Todas las camillas estaban ocupadas así que me toco tumbarme en el suelo. Un hombre vino, me  pregunto mi nombre y me puso las manos en la cabeza. “Casualidad”mi futuro maestro.
Sentía la energía pasar por sus manos y como recorría todo mi ser. Mi cuerpo amplio y voluminoso pero muy ligero. Todo en mí y todo el lugar era energía pura. Las lágrimas corrían por mis mejillas sin darme cuenta. Y allí estaba yo: embriagado por la emoción, tumbado en el suelo, flotando por el espacio, envuelto en rayos de  energía  blanca, rosa y violeta… Un solo pensamiento venía a mi mente: “He llegado a casa”

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Al día siguiente me hice sanador de Reiki de primer grado de la mano de mi maestro. Una bella flor en el jardín de mi alma…

Os espero otro dia aquí… en el jardín del alma.

                                                              Siso Santos

Día mundial del sida

Yo tenía 25 años cuando me diagnosticaron el vih. (En aquella época me sentía mayor). Yo vivía mucho en la noche, las drogas, creyendo ser grande para comerme el mundo y en realidad era un niño que buscaba desesperadamente amor…
Supe exactamente cuando me infecté; no fue una noche especial, nada que hubiera salido de la rutina del mundo de la noche: Beber, drogarse, ligar… Pero esta vez algo fue distinto. Lo sentí dentro de mí.  Después de haberme entregado a un hombre desconocido, como lo hubiera hecho otras veces. Un presentimiento me invadió. No puedo explicar el por qué. Pero mi pensamiento fue: “Ya esta aquí.”
A los pocos meses después de haberme hecho unos análisis rutinarios. Me llamaron por teléfono de mi centro medico, yo estaba con un amigo, querían repetir lo análisis decían. Yo lo sabía todo. Cuando el medico me vio estaba más nervioso que yo. ¿Como me lo comunicaba? Yo era un niño… Vinieron enfermeras… Yo les dije: “Doctor no se preocupe, hable con tranquilidad. Lo se todo” 
 Los nervios se calmaron para todos y empezó a hablar y a dar ánimos. Yo le dije al medico. “Ningún hombre ha podido nunca conmigo, tampoco podrá este bichito. Yo le venceré” Y salí todo digno de la consulta. Fue la primera vez en mi vida que deje de ser niño.
Cuando salí de la consulta y me encontré ya en el exterior. Algo había ya cambiado las calles, el cielo, la gente iba y venia, hablaban. Para mi eran solo voces. El cuerpo me pesaba. El alma estaba tan llena de dolor: miedo, angustia… Pesaba… Pesaba mucho. Las rodillas se doblaban no sostenían el peso. Y allí sujeto en una farola  y sostenido por mi amigo. Quería gritar. Gritaba con todas mis fuerzas para poder liberarme tan solo de algo que me permitiera respirar.  Pero  pesaba todo demasiado: Me ahogo… Me ahogo… Me muero!!!
Y si. Algo se moría. Pero para poder nacer algo mucho más hermoso. Mi propio ser. Ahora me tocaba por primera vez en mi vida  ser yo. A mi el vih me ha salvado la vida…

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                                            Siso Santos.


Volver a empezar.

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    Mi vida no es mejor ni peor que la de nadie, simplemente es la mía. Tampoco busco ser un ejemplo a seguir. Afortunadamente estoy lleno de defectos, que los iréis conociendo de a poco para que nadie se asuste. Mis defectos me hacen ser consciente de que soy persona. Normalmente nuestros defectos son los guardias de nuestros lastres.
 Soltar lastres…
  
Mi objetivo en este blog es en primer lugar hablar desde el corazón.  Si alguien se puede sentir identificado  o valerle de ayuda en la situación que viva en este momento, alguno de los comentarios o temas que se hablen en este blog, habrá sin duda valido la pena.
Deseo sentarme, meditar, escribir… y dejar que las ideas y los temas fluyan desde el jardín de mi alma… Mi vida. Con todo lo que eso conlleva: Rencor, miedos, drogas, enfermedad, caer, levantarse cuando crees que ya no puedes levantarte, sonreír, sanación,  perdón, amor… 
Perdonarse y amarse, reglas claves para ser libre y feliz.
Yo se lo que es caer, vivir con miedo, con no querer vivir, que es morir. Tocar fondo. Pero a veces en ese fondo tocando pie resurges, aparecen manos y ves que vale la pena vivir y te das cuenta que no eres quien creías quien eras. Eres luz, amor… Y no, no reniego de mi pasado. Le doy gracias, por que gracias a lo que fui  hoy soy lo que soy…
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Os espero otro día aquí… en el jardín del alma.
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                                                                    Siso Santos.