El poder de la energía


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El poder de la energía
Estaba yo compartiendo con un amigo que me preguntaba mucho por el tema de las energías, seguramente para querer saber.  Porque de las discusiones bien entendidas se puede aprender muchas cosas. Él quería saber cómo poder librarse una persona de la energía negativa. Yo le decía que la energía es energía simplemente, ni negativa ni positiva sino las dos cosas a la vez. Son nuestros pensamientos y nuestros actos los que lo convierten en una cosa u otra. 
Él empeñado que si no le daba energía positiva con el Reiki para que le valía. “Imagínate.-le dije yo- Un vaso de agua. Vamos a suponer que ese vaso lo hemos dejado un mes entero en un lugar. ¿Te lo beberías? Yo desde luego no.  Ahora pensemos en un manantial de agua fresca, pensemos en el fluir de un rio, en una fuente de agua limpia. ¿A qué apetece más beber? El movimiento es vida al agua y a la energía” 
La energía es como el agua, cuando está estancada bien puede ser por un motivo físico, mental o emocional es lo que causa la depresión, la enfermedad, lo negativo… El reiki o cualquier sanador que trabaje con la energía lo que hace es mover esa energía dejándola fluir… En eso se basa la sanación. 
Él decía que eso entonces era muy difícil para que un paciente se abandone y se deje fluir y así curarse. Obviamente no había entendido nada. Lo difícil es estar mal. Aferrarnos a lo que nos hace daño sin permitirnos más opciones. 
También salió la opinión de que no sería mejor profundizar en la raíz del tema.  Efectivamente eso es bueno. Pero si sólo nos pasamos profundizando no hay límite y podemos seguir hasta el infinito tanto hacia arriba como hacia abajo. Con la particularidad que todos más o menos sabemos de que carecemos y que anhelamos.  Pero si nos centramos en el presente, en el aquí y ahora; valorando simplemente lo que tenemos y agradeciéndolo; quizás nos sea más fácil dar un paso y de esta forma un paso nos lleva al otro. Sin darnos cuenta hemos hecho un camino. 
Siento decepcionar a todos aquellos pacientes que confían plenamente en sus sanadores, o aquellos sanadores de ego crecido que se llenan de su poder de sanación.  No queridos todos, lo único sanador es la energía. Nosotros los sanadores somos porque así lo hemos decidido ser instrumentos o canales de esa energía en bien de nuestro provecho, del paciente y del mundo en general…
En el lugar del alma…
                            
                                      Siso Santos

Cuando un jardín se marchita

      Podemos poner y dar toda nuestra energía y nuestro amor al jardín más bello que hayamos soñado. Podemos dar todo nuestro cariño a cada planta o raíz de nuestro jardín con la ilusión que nazcan las mejores flores y árboles más sanos que podamos obtener. Podemos creer ilusos que sólo el amor nos basta.

Pero un día te despiertas y ves que tu cuerpo se marchita igual que una de las flores que cuidas. Sabes que por muy hermosa y sana que sea la flor tiene su compromiso con la planta y cuando acaba su periodo se marchita, cae y muere. La planta no puede evitar que esa flor se marchite, ni siquiera es responsable de su muerte por mucho dolor que le cause. Lo único que puede hacer es generar otras y otras y otras.

El jardinero sabe perfectamente en su sabiduría que cada planta tiene un ciclo y una época en donde florece más. Es el resplandor de cada planta. Por eso sabe que algunas se recogen en sus ciclos para descansar, dormir y esperar a su nueva época. También sabe que mientras unas plantas están viviendo sus letargos otras están es su resplandor y así sucesivamente por eso un buen jardinero nunca deja un jardín sin flores.

Solamente en momentos de plagas, granizadas o algún desastre natural puede hacer destruir ese jardín que el jardinero dio tanto amor. La frustración, el dolor y la rabia se apoderan del jardinero. No solo ha muerto un jardín ha muerto su obra, sus sueños… Es la muerte de un hijo que no volverá. Un hueco en el que nadie puede dar consuelo.

Mi jardín se desvanece y mi físico no tiene la fuerza para defenderlo. Uso todas mis fuerzas para defender a mi jardín como una madre lo haría por su hijo. Porque yo soy esa madre que lucha por su hijo. Por eso mi escuela me duele doblemente porque es mi jardín y es mi hijo. Quiero defenderlo y luchar por él y las piernas no me sostienen, tropiezo y me caigo. La impotencia muchas veces me arrastra. Confieso que muchas noches he pedido a Dios dormir y no despertar más. Mi deseo era no tener mañana. Pero Dios no le concedía y luchaba por mi hijo a pesar del dolor y la impotencia.

He luchado tanto y he perdido todas las batallas. Pero no estoy rendido, nunca lo haría una madre por su hijo. Aún queda la esperanza. Este fin de semana me lo dediqué a la meditación, a estudiar de nuevo, a consultar el Osho y el I ching. Osho me contestó:

“-Tú también pasarás a mejor vida. Sabiéndolo, ¿Cómo puedes pelearte? Trasforma esa energía en luz.”

Y el I ching me dijo:

“-La posesión de lo grande. Un dragón vuela hacia el sol. Fuego y cielo. A quién es positivo le llega muchos dones del cielo: Prosperidad y Éxito. Los proyectos ya alcanzados se consolidarán, reportándonos beneficios también para el futuro.”

Mi intención con esta entrada es un mensaje echado en una botella con el deseo que llegue a todos los rincones. Ofrezco mi escuela (a mi hijo) a cualquiera que desee aportar con sus conocimientos, sus ideas, con sus ganas de aprender o simplemente querer estar y ser uno más en un jardín nacido y creado desde el amor al mundo.

Por favor compártanlo. Estoy pidiendo por mi hijo.

En el jardín del alma.

Siso Santos


Nuestra escuela ———- www.edenterapiasalternativas.com
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Otoño “El principio de un ciclo”.

         Los colores ocres de los campos, la caída de las hojas, el viento más frío, la lluvia y los días cada vez más cortos anuncian la llegada del otoño.

Para el I ching (El libro de las transmutaciones y el libro más antiguo del mundo) es el periodo de recogimiento. Un momento ideal para el hogar, estar con nosotros mismos, aprender, transmutar desde nuestro interior para después florecer en primavera. Abandonamos la energía yang del verano para introducirnos en la energía yin de la naturaleza. El yin es la energía sutil femenina que parece que no está, apenas se nota, pero en cambio lo ha acaparado todo.

El guerrero abandona los días del sol para transmutar desde su interior, reencontrarnos con nuestra esencia (por eso en otoño estamos más tristes y apagados) y volvemos a la carga en los días largos. Pero no hay que verlo como algo negativo, todo lo contrario es la oportunidad de crecer desde nuestro interior para ofrecer más a nuestro mundo en los días de luz. Es la época ideal para estudiar, meditar, formarse, crear y empezar proyectos para como una flor abrirse en plena primavera.

Es curioso que en culturas tan diferentes, lejanas y dispares apuntan al otoño como lo mismo. Para los celtas es el principio de año. Abandonamos los días de luz para encontrarnos en la época de la oscuridad, en el hogar, en el descanso del cuerpo para estar fuertes en los días de luz.

De ahí celebramos ahora halloween, siempre llamado fiesta de difuntos. Yo recuerdo de pequeño en Galicia siempre celebramos esa fiesta con «magostos» (fiesta tradicional donde el pueblo se reúne alrededor de hogueras para comer castañas asadas y beber vino) Estas fiestas vienen de la antigüedad. Antes se hacían en el monte como ofrenda a los muertos pues los celtas no tenían templos. El templo era la naturaleza. En las casas también encendíamos velas dentro de calabazas que se ponían en las ventanas para marcar el camino a los muertos y mi abuela nos hacia collares de castañas a todos los nietos.

Halloween por supuesto no existía, era y es la fiesta de los difuntos. La noche más larga del año. La noche en la que estamos más unidos los vivos y los muertos. El fin y el principio del año nuevo Celta.

                          Siso Santos.

El pensamiento: «somos lo que pensamos».

         El pensamiento es el motor de nuestras acciones. Toda acción o consecuencia de un acto esta seguido o guiado por un pensamiento.
Cuando alguien dice: “Esta persona tiene energía negativa no es verdad”. La energía  nunca es negativa. La energía es energía y como energía que es: “Es positiva y negativa a la vez”. Solo nuestros pensamientos son los guías y los constructores de nuestra vida. Es verdad que no somos del todo responsables de los acontecimientos que nos suceden pero si somos responsables de cómo nos enfrentamos a los sucesos.
Los pensamientos repetidos son los causantes de los roles que nos acoplamos como personajes que hemos escogido vivir inconscientemente para determinado momento (siempre el más necesario) bien sea por un motivo u otro: La víctima, el verdugo, el enfermizo, el rebelde… Son muchos de los personajes más comunes que solemos escoger.
El peligro de los pensamientos y personajes es que crean habito y adicción: «Es la mente que me traiciona»; «La mente no me da tregua»; «La mente me hace malas pasadas»… frases muy típicas que usamos frecuentemente y muchas veces a modo de disculpa o incluso lo que es peor: Resignación.No queridos lectores. No vale esa excusa, no es la mente, es nuestro hábito. ¿Cómo poder controlar nuestros pensamientos y la mente? ¿Cómo poder coger las riendas de mi vida y no dejarme arrastrar por mis propios pensamientos y mis viejos hábitos? La meditación.

1º-  La mente no deja de tener pensamientos pues el pensamiento es el motor de nuestra acción.  Querer tener la mente en blanco es absurdo, sólo décimas de segundos podríamos conseguirlo. Lo mejor es dejar fluir los pensamientos. Que no sean un obstáculo. Recibe y despide cada pensamiento agradeciendo su paso por la meditación, con la intención de dejar aparecer otro mejor o hallar una resolución.  Luchar contra los pensamientos es retenerlos.

2º- Usar las visualizaciones  para crear, transformar o deleitarse con  pensamientos guiados por imágenes que nos lleven a ese momento.

3º- Por ultimo en nuestras actividades diarias por pequeñas que nos parezcan deberíamos fomentar la concentración.  Amplía nuestra mente a nuevos pensamientos.
La mente y el pensamiento se ejercitan como hace un deportista con su cuerpo y sus músculos.
Búrlate del personaje que te has creado. Por que somos más que un personaje. Somos “persona” y como personas que somos tenemos todos los personajes habitando dentro de nosotros para usarlos como nos plazca. Pero  nunca permitáis que el personaje escogido consciente o inconscientemente  use a la persona.  Eso hace pequeño al SER ILIMITABLE que somos.   

                                  Siso Santos  

El jardín de Franza

                Un día me contó mi madre que cuando yo era pequeño e íbamos los domingos a misa, teníamos que ir medía hora antes, pues a mí lo que más me gustaba de ir a misa era pasear por el jardín de Franza. Pero para lo que a mis ojos infantiles era un jardín, los adultos le llamaban cementerio.
Recuerdo paseando de la mano de mis padres por el jardín de Franza, a los pies de la iglesia de Santiago. En la parte más alta de mi pueblo. En el límite de Franza e O Seixo.
El pueblo se extiende desde la iglesia hasta el mar y desde el cementerio se puede contemplar el pueblo y la ría de Ferrol.
Sería quizás por la variedad de  flores de las tumbas y los nichos, los cipreses o los viejos árboles que lindan de los bosques al cementerio lo que hacía sin duda para mi  no sólo un lugar santo, sino mágico. Mis padres me contaban que la gente cuando moría descansaba sus cuerpos en ese lugar, y sus almas subían al cielo. Sabía donde estaba cada familiar en el cementerio y preguntaba también quien había en cada sitio, quienes eran… Escuchaba atentamente lo que me contaban no como algo tétrico, todo lo contrario, era algo fascinante. Una puerta entre el cielo y la tierra había entre nosotros y no tenía duda que la comunicación era posible.
Empecé a ir yo solo al cementerio. Saludaba a mis familiares y les hablaba, contaba cosas tanto a ellos como a demás difuntos. A veces apoyaba las manos en los nichos, cerraba los ojos, con la intención de poder averiguar cosas de sus vidas. Sentir como podían estar y como si fuera dibujos animados les mandaba energía con mis  manos con la intención de llenarles de luz. Hablaba con los muertos de lo que quería ser de mayor (yo quería ser artista) y cantaba y bailaba entre las tumbas y los nichos. Como iba a suponer en esos juegos infantiles que para muchas culturas los cánticos y las danzas se usaban para invocar a los espíritus. Si alguien quiere saber si yo deseaba ver algún muerto o espíritu. Lo deseaba totalmente, pero nunca vi ninguno. Quizás porque siempre se van a presentar como tu estés preparado para sentirlos. Por supuesto yo no lo estaba. Quizás se presentaban en el silbido del viento entre los árboles, o en el vuelo de las mariposas mientras cantaba.  Pero he de confesar que cuando abandonaba el lugar. Siempre he tenido el mismo ritual. Me giraba en la puerta contemplando el lugar mágico, me santiguaba  y me sentía lleno de energía.  Ahora se que salía bendecido por mis ancestros y los espíritus.
Nunca he dejado de ir al cementerio. En cada regreso a mi hogar, un día o dos vuelvo siempre al jardín de mi infancia, paseo entre los recuerdos, entre los nichos y las tumbas. Medito, rezo o simplemente respiro el aire fresco que corre entre los árboles, el silencio roto de vez en cuando por ráfagas de viento, la tranquilidad del lugar y la energía viva que el sitio me trasmite. Me relajo y dejo que la energía fluya. Los muertos son cuerpos que el alma abandona para seguir creciendo y compartiendo. Un canal de energía entre la tierra y el cielo es el camposanto. Entre la vida y la muerte. Un lugar sagrado donde su propia energía va trasmutando según el tiempo y el espacio.
Ahora la pregunta obligada sería: “¿Se puede comunicar uno con los muertos? ¿Se puede tener señales del más allá?” No voy a decir que si ni que no. Solamente contaré una anécdota  tan real como que existe la vida y la muerte.
Durante mi adolescencia siempre he tenido una relación muy especial con mi tío abuelo Arsenio (hermano de mi abuela). Era un hombre al que la gente consideraba raro. La verdad no era un hombre común, como la gente de su edad en el pueblo, tampoco había tenido una vida común e igual a la de ellos. Era una persona que había viajado mucho por el mundo. Se había casado divorciado varias veces, cuando aquí eso era una cosa impensable él ya lo había vivido hasta tres veces. Había pasado por campos de concentración. Y tenía una  mentalidad mucho más abierta incluso que de gente más joven que él.  Yo pasaba tardes enteras en su casa donde él me contaba historias, hablaba de los libros que leía… poco a poco con los años mi tío empezó a convertirse en una persona huraña y desconfiada. Yo creo que no se pudo adaptar a una vida nueva en España. Desconfiaba de todo el mundo hasta tal punto que sólo a mí me dejaba entrar en su casa. Con el paso del tiempo mi tío empezó a enfermar todavía más, cuando iba a su casa se hacía el muerto y me asustaba. Yo no estaba preparado para asumir una muerte. Y sobre todo encontrarla de cara. Mi tío enfermo más y hubo que ingresarlo en el hospital. Yo de aquella empezaba a vivir en Madrid. No tuve valor para visitarlo los últimos meses de su vida cuando estaba  más enfermo. Y en el primer estreno de mi primera obra de teatro en Madrid mi tío falleció. A mí se me comunicó al día siguiente. No me despedí de mi  tío.
Pasaron los años, todo lo de mi tío de herencias y más cosas estaban resueltas desde el momento de su defunción. Pero yo no olvidaba haberme despedido de mi tío. A veces en sueños, era como si mi tío siguiera  vivo y esperaba que me fuera  despedir de él. Una tarde en el cementerio lloraba ante su nicho. “Necesito una señal, algo para saber si me perdonas, si estás ahí, si me guardas rencor… Necesito saberlo”.  Lloraba sinceramente por la pena y la culpa de no haberme despedido.
Aún no había pasado un mes ya de vuelta en Madrid. Recuerdo que estaba pasando duros problemas económicos. No podía hacer frente a mis gastos. De repente en mi libreta de ahorro apareció una importante suma de dinero. No sabía de donde podía haber venido. Primero pensé que me lo había ingresado  mi familia pero no era el caso.  Cuando fui al banco me explicaron que apareció una libreta de ahorro de mi tío y tenía mi nombre como segundo titular. Por eso directamente lo ingresaron en mi cuenta.
Recordé la tarde en el cementerio. Supe que era la señal y que él no sólo me había perdonado sino que desde donde estaba me protegía en mi camino como yo siempre le pedí. Luz también para ti tío Arsenio.
Desde el jardín del alma
                                                     Siso Santos

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Cuando la vida es un caos.

    Un maestro dijo una vez: “Es muy fácil meditar a las orillas del remanso de un río o debajo de un árbol con el sonido de fondo de los pajaritos. Pero el sabio puede meditar en el barullo del conflicto, de la destrucción o el caos.”
Yo no soy ese sabio. Pues me cuesta, aunque lo intento, encontrar la paz en el dolor físico que me acompaña casi un año, en los calambres que me retuerce las manos y los pies cuando quiero descanso, en la fatiga que me causa los movimientos o simplemente en ver como se desmorona todo mí entorno. Lucho con todas mis fuerzas pero la frustración y la rabia me vencen. “Paciencia me dicen”. Pero la paciencia se convierte en veneno y estalla en rabia.
Mi vida se hundió en un caos. Todo lo que me rodea se paraliza o se destruye.  O eso creía yo. Creía porque no es verdad. El caos es la oportunidad que nos da la vida para desprendernos de mochilas del pasado, es el regalo de liberarnos de nuestros propios fantasmas y el beneficio de poder descubrirnos nosotros mismos como los verdaderos seres que somos. Es volver a nacer para ser mejor persona.
Cuando camino por la calle y la gente me ve ayudándome de un bastón. Enseguida veo en sus caras algo le ha pasado, y me preguntan como con pena que me sucede, si estoy enfermo, etc… No. No estoy enfermo, estoy volviendo a nacer, aprendiendo de mí, cerrando capítulos de mi vida  y abriendo otro nuevo que me llevara a otros. Por mucho que creáis  que la vida esta parada. Nunca se para, todo es un transcurrir de sucesos. No hay silencios mudos ni paradas estáticas. La energía fluye por la vida como la sangre corre por las venas. Y todo queramos o no llega en el momento preciso.  No estoy sumergido en el caos. Me estoy preparando para nacer.
¿Quién dijo que nacer era fácil? El bebe llora desesperado al desprenderse traumaticamente de su mundo de agua en el vientre materno para abrirse paso a otra vida. Eso es un caos, desprenderse o despedirse de nuestra vida, cuyos hábitos, costumbres o viejas creencias ya no te aportan nada. El mundo que conoces se desvanece y  te aferras a él con uñas y dientes pero lo vivido ya no sirve. Y llega el vacío. La nada. El miedo entra en juego y para no enfrentarte a ese vacío te dice: estas enfermo. Es más fácil asumir una enfermedad que el vacío.
Queridos todos los que me leéis. No estoy enfermo, estoy volviendo a nacer. Me siento ese niño que esta encontrándose con un mundo nuevo. Desconozco todo lo que va a ocurrir pero la lucha es fea y estúpida y en las batallas siempre se pierde. No voy a luchar, voy a vivir y aprender todo lo que la vida me enseñe en este proceso. Yo como persona controladora la vida me pide que me abandone y lo voy a hacer. Me tiro de espaldas al vacío y confío plenamente en los brazos de la dulce vida que me sostenga.
No es casualidad que después de escribir esto una amiga me haya mandado este enlace que quiero compartir con vosotros.
“Enlace que te mando”

(Es la primera parte, si no veis las siguientes me las pedís y las comparto)
Estoy volviendo a nacer. Y por cierto cada vez estoy más bello…

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                                                  Siso Santos.

El Poder de las Palabras

       
      

            Las palabras no son solo palabras, son mucho más que eso. Tienen el poder de delatar la mente o enviar nuestros deseos al universo. “Ten cuidado con lo que deseas o mandas al universo porque los deseos se hacen realidad.”
Es muy importante entender cómo hablamos o cómo nos comunicamos, al fin y al cabo, es lo que estamos emanando al universo y el universo sin juicio otorga lo que proclamas. Por eso aconsejo siempre agradecer antes que pedir. Cuando pedimos estamos acentuando la carencia de algo, cuando agradecemos estamos dando fuerza a la virtud o bien que nos rodea, estamos abriendo el camino a nuestro objetivo.
Cada palabra que soltamos tienen la energía del aquí y el ahorade este momento, nuestra propia presencia, por eso hay libros que nunca pueden pasar de moda. El autor ha puesto tanta pasión y energía en cada palabra que el tiempo es incapaz de borrarlos, permanece perenne su mensaje a través de los años y los siglos.
El libro de “El secreto” explica muy bien esto. Tenemos todo a nuestro alcance. Sólo hay que creérselo. “No puedo, no se, pero…” Son palabras barrera con las que nos cerramos y nos acomodamos para no llegar a nuestro deseo. La excusa perfecta para no responsabilizarnos de nuestra felicidad y no tener que movernos. El niño que no quiere crecer y echa la culpa a los demás. Recordad siempre esto: Pero es una conjunción adversativa que viene de adversario.  
Alguien me puede decir en este tiempo que me rodea tanto dolor físico. ¿Por qué tienes tú tanto dolor entonces? Igual por que le he dado más importancia al dolor que a todo el amor sanador que me rodea o porque tengo que entender que el dolor es un proceso de sanación de lo que ya no me pertenece. 
Doy gracias por todo el amor, fuerza y salud que me rodea. Me perdono por regocijarme en el dolor, dejando atrás las virtudes que me rodean. Hago las paces con mi propio dolor para entenderte. Cuidaré la parte herida y olvidada de mí que me causa este dolor. Y te doy las gracias por formar parte de esta sanación.
Desde el jardín del alma
                                         Siso Santos

«O Lobishome». El hombre lobo

“Coídate viaxeiro da bruma e da néboa, sen que te des conta, podeste atopar de súpeto coa trabada calada dun lobishome.”
“Cuídate viajero de la bruma y de la niebla, sin que te des cuenta, te puedes encontrar de repente con el mordisco sigiloso de un hombre lobo.”
Son muchas las historias de los hombres lobo. Galicia es una tierra en particular que tiene muchas leyendas de estas criaturas. Hablan por ejemplo de un asesino que se perdía por los bosques en Lugo vestido con una piel de lobo y se dedicaba a robar y matar de una forma cruel y sanguinaria a sus víctimas arrancándoles la garganta de un mordisco o destripándoles mientras les mantenía con vida para comerse sus vísceras.
Sin duda alguna el hombre lobo más destacable en Galicia es por la época del 1.800, Romasanta, un hombre que apenas media 1.40 y sus rasgos eran más tiernos que varoniles. Era natural de Allariz (Ourense), Romasanta era un hombre culto que para aquella época, sabia leer y escribir. Su profesión era sastre. Quedó viudo a los veinticuatro años tras matar de una forma brutal a su mujer y a su hija de seis años. A partir de ahí se convirtió en vendedor ambulante vendiendo ungüentos fabricados por el mismo a base de grasa humana. Su nuevo oficio le facilitó desplazarse por diferentes localidades para cometer sus crímenes degollando, destripando y mordiendo a sus victimas. El mismo confesaba en el juicio donde fué condenado a pena me muerte que una fuerza sobrenatural y un hambre atroz le empujaban a matar y comer carne humana. Confesó también que fue en un monte con niebla donde la primera vez  se sintió poseído por esa fuerza que le arrastraba a matar. En ese momento estaba vigilado por dos lobos. Mató a su primera víctima acompañado de lobos.
Según la ciencia y la medicina estos hechos estan relacionados con enfermedades mentales como la esquizofrenia o una licantropía clínica que son alucinaciones en las que el paciente cree o se siente un animal.
Una vez haciendo el  Camino de Santiago iba acompañado por una sanadora que conocía mucho el tema de las energías. Ella me decía: cuídate de la niebla, es ahí donde habita la energía del hombre lobo. “¿El hombre lobo?” preguntaba yo. Ella me explicó:
“Todos tenemos energía humana, divina y animal. La energía de la bestia es la que está oculta y escondida en cada uno de nosotros. En la naturaleza la energía de la bestia se esconde en la niebla por eso en lugares de niebla son más frecuentes las enfermedades mentales, suicidios o asesinatos. Cuando camines por la niebla confía sobre todo en tu energía humana y divina para no ser poseído por la energía de la bestia.”
En la vida caminamos muchas veces por senderos y caminos recubiertos de niebla. Buscamos la luz pero no la encontramos, es ahí donde más presente tenemos que tener nuestra energía divina y humana para no ser mordidos nosotros mismos por nuestro propio hombre lobo.
Cuídate de la niebla pero no dejes de caminar. La luz la llevamos nosotros.
                                         Siso Santos





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Muerte y resurrección

Muere totalmente para poder nacer totalmente. 
Y entonces sabes: 
cada momento hay que morir 
para cada momento volver a ser lozano, joven…, nacer. 
Esto puede suceder a cada momento, 
y una vida verdadera consiste en muerte/resurrección. 
Sucede cada momento. 
Cada momento hay que morir al pasado; 
sólo entonces se vuelve disponible el presente…, 
Y sólo puedes estar absolutamente en el presente 
si no tienes ningún deseo de estar en ninguna otra parte en el futuro, 
si no tienes ningún deseo de ser otra persona. 
Esto es lo que llamo iluminación».
                                                                   
Osho.
Me chirría cuando alguien dice: “Esa persona es muy negativa o tiene una energía negativa.” La energía es energía y punto y como energía que es, es positiva y negativa al mismo tiempo. Somos nosotros, dependiendo del momento o la situación que estamos experimentando los que lo vemos positivo o negativo. Los juicios son baratos y no valen para nada. Yo puedo prejuzgar a una persona por vivir una situación para mi negativa. En ese caso destaparía mi ignorancia. Porque ese prejuicio que he hecho sobre esa persona, puede ser el paso necesario para poder después deslumbrar más que el Sol.
En la vida vivimos y morimos continuamente. Desde el momento justo que dejamos el vientre materno muere un ciclo rompiendo el cordón umbilical y empieza el primer nacimiento en el mundo; muere la infancia nace la pubertad y así sucesivamente vamos cerrando episodios para abrir otros. La muerte es necesaria para empezar a vivir y morir no es renunciar al pasado, somos un cúmulo de experiencias, de todo lo vivido, de lo traído de otras vidas… Para ser sin darnos cuenta el complemento perfecto de nuestro entorno.
Fijaos en la primavera, nace y muere todos los años más o menos el mismo día a horas diferentes, viene todos los años pero nunca habrá dos primaveras iguales y por muy cargado que venga de flores nunca serán las mismas.
Nunca lo podría decir mejor que osho. Vivir en el pasado o vivir en el futuro es estar muerto.
Jesucristo muere y resucita. Para unos en sentido literal y para otros en sentido figurado.
 La filosofía del peregrino es vida, muerte y resurrección. El peregrino se despoja de todos sus bienes, se enfrenta a su propia muerte para encontrarse con su resurrección.
 La vida es el camino que nos permite morir y resucitar en cada instante para convertirnos en mejor persona.                                                                                                                                                                         
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                                         Siso Santos.




Danzar el cuerpo y la voz

         Todo es movimiento, desde el universo infinito hasta la más íntima célula todo esta en continuo movimiento. Los planetas, los ciclos, las estaciones, el mismo cuerpo (un mundo dentro de nosotros). El movimiento es la vida. Danza significa movimiento y biodanza vida en movimiento.
Somos cuerpo, mente y espíritu y nos comunicamos a través del movimiento y la voz. Nuestros estados de ánimo, emociones, deseos… todo lo que nos afecta o modifica en algo nuestro estado o cuerpo energético lo trasmitimos a través del movimiento y la voz.




Es nuestra herramienta para seducir, comunicar… Pero cuidado! También la trampa que nos puede delatar. Yo siempre digo a mis alumn@s «Mentirme mandándome un correo o un watssap». El movimiento y la voz son los reflejos de nuestras emociones, miedos, frustraciones, deseos y alegrías. Una profesora de teatro decía: «Cuando veas una función de teatro cierra los ojos y sabrás si lo hacen de verdad».
Siempre me gustó el trabajo corporal, movimiento orgánico,  expresivo, la biodanza… La liberación del cuerpo y la voz es la liberación del alma. Como una persona se mueve y actúa en biodanza es como lo hace en la vida. Si corregimos actitudes en la danza, en la ficción, en el juego, lo hacemos en la vida también. La voz es el reflejo de nuestras emociones por eso cuesta tanto sacar la voz (la verdadera voz) en la clase, es desnudar el alma y da pudor.
La clave de todo es la respiración.
 El bebe es un ser perfecto. Respira con toda naturalidad inflando los pulmones en cada bocanada de aire abriendo y cerrando el diafragma sin esfuerzo ninguno. Los adultos decimos cuando el niño llora con potencia: “¡Qué buenos pulmones!”. Que buenos pulmones no, que buena respiración y que bien apoyado en su diafragma. El bostezo es una respiración sanadora que a medida que vamos creciendo se nos va reprimiendo. Bostezad mucho, aprended de los bebes.  Es curioso que en momentos de inconsciencia como en el sueño sea cuando tenemos una respiración perfecta.
Hay un centro energético fundamental en el cuerpo que es el punto Hara o tan tien. Está situado cuatro centímetro debajo del ombligo, entre el abdomen y la columna. En las filosofías orientales es el eje del organismo, el punto de gravedad o el centro vital. Es un punto importante para  meditar  o simplemente para posar las manos en un estado de reposo y respirar. Una buena forma para conectar con nuestra respiración. El punto Hara o tan tien es el centro de donde salen las artes marciales, las danzas, es el punto donde las mujeres quedáis  embarazadas y el punto donde el bebé empieza su movimiento. Cuando el niño está sentado o empieza a dar sus primeros pasos se apoya en su centro vital.  Cuanto más nos conectamos con ese punto más conectados estaremos con nosotros mismos.
En la vida nacemos dos veces. Cuando venimos al mundo y cuando somos conscientes de nuestro propio cuerpo y voz.
Danzar con el cuerpo, la voz y la vida

                                           Siso Santos.

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Edén. “El día que fui madre”

       

         

           Cuando fui avanzando más en mi nueva vida de la sanación y de la enseñanza, más eran las  ganas que crecían dentro de mí de ser madre. Se puede ser madre de muchas maneras, yo lo fui a la mía. Deseaba crear, formar una escuela, un lugar para la sanación… Ofrecí mi cuerpo, mi enseñanza, mi experiencia y un compromiso en la vida para seguir creciendo y aprendiendo. De esta forma nació mi hijo. Edén.
Quiero crear un lugar abierto para cuando alguien se sienta perdido pueda pedir auxilio, como lo he pedido yo y no me avergüenza decirlo. Un lugar abierto para que la gente pueda aprender, ofrecer o simplemente estar.   Mi objetivo es cuidar,  enseñar y amar a mi hijo todos los días, con el deseo de que cada vez sea más fuerte, sabio y vaya formando  su propia personalidad. Y cuando llegue el día que yo me tenga que ir, mi propio hijo pueda seguir con el  objetivo de ser “un punto de encuentro.”
Sería estúpido por mi parte decir que todo es merito mío. No es verdad, no lo es, nada de esto habría sido posible si el cielo no me fuera poniendo la gente idónea en el camino en el momento preciso. En la próxima entrada os contaré como se fue formando la escuela.  Hoy sólo me limitaré a compartir mi experiencia como madre. Si en ese momento yo fuera un elemento yo sería la tierra (la madre tierra) el elemento más yin de todos. La energía yin es la que parece que no está, porque es muy sutil, en cambio lo envuelve todo. Ni siquiera  yo puse el nombre a mi hijo. Fue en un sueño, un pensamiento claro y rotundo invadió mi mente y su nombre me despertó: “Edén, el jardín del alma”.
Eso era, un jardín. Mi hijo habita en un jardín. Un jardín esta lleno de diferentes y variadas flores. Las personas somos variadas y diferentes entre si y en cambio todos tenemos la misma esencia: El alma. ¿Quién puede destruir una flor? Podemos arrasar todo un terreno de flores y en cambio vuelven a resurgir.
El jueves (día de Júpiter)  19 de septiembre de 2013 con el poder de la luna llena nace mi hijo Edén. Lo recibimos en una meditación. Alumnos, amigos y algunos profesores estaban en el acontecimiento. Echamos de una forma simbólica dinero al centro de energía que habíamos creado, no había permitido hasta entonces que hubiera entrado dinero pues la entrada del primer día de dinero marcaría la inauguración. Yo como madre he escogido el día de nacimiento de mi hijo y le cielo me lo respetó
Cuando ya nos despedimos y nos fuimos cada uno a sus sitios respectivos, yo volví sólo a la escuela. Aún estaban las velas encendidas en cada uno de  los puntos cardinales, el olor del incienso y la fragancia de las flores permanecían en el ambiente. Me dirigí al centro del círculo de energía. Un escalofrió recorrió mi cuerpo. La emoción me embargó, me desplomé y lloré de una felicidad tan grande y pura que agradecí todo lo vivido hasta entonces. Todo valió la pena por sentir ese tierno y dulce abrazo de mi hijo.

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                                                     Siso Santos.

Omar Rossi (mi primer maestro)

 Siempre te recordaré Omar sentado detrás de tu órgano tocando cada tecla en sonido de piano, mientras tus alumnos te seguíamos o intentábamos seguirte con nuestras voces. A mí  me costaba un mundo y tú me decías con tu  sonrisa: “Siempre se puede más que lo que uno cree”
Yo era muy joven. Buscaba el amor casi de una forma desesperada, olvidando quererme a mi mismo. Las noches, las fiestas, el sexo y las drogas formaban parte de la rutina de mi vida. “Tienes una personalidad muy especial y mucho talento” me decías. “Te estás echando a perder”. Yo tenía una vida por delante y tú una vida vivida para saber lo que hacía y a donde iba. Todas las acciones tienen sus consecuencias y yo viví las dos cosas.
Me hundí en lo más hondo que se puede hundir una persona. En la desesperanza de uno mismo. Entonces apareciste tú y me cogiste del brazo. Yo tenía el alma rota y el cuerpo martirizado por los efectos secundarios de los tratamientos del vih de esos años. Me colocaste delante de un espejo para que me mirase en él y allí frente a frente a mí mismo me desplomé. Lloraba, gritaba y maldecía con todas mis fuerza, mientras tú me  vigilabas atentamente en un segundo plano, observando como mi rabia y mi desesperación fluían libremente por todo mi ser.  En el momento que empecé a calmarme te acercaste a mí, me abrazaste por los hombros y me ayudaste a incorpórame, me volviste a colocar frente al espejo  pero esta vez no me dejaste sólo, te quedaste a mi lado y me dijiste: “Ahora ya podemos empezar a trabajar”.
Me enseñaste a hablar, corregiste mi dislexia a golpe de trabalenguas y a pesar de mis miedos y vergüenzas me hiciste cantar. Cuando salía de tus clases era como tener el poder de volar por las calles de Madrid ¡Y como volaba Dios mío! Me regalaste un texto de Borges lleno de vida que siempre ocupará un lugar en alguna pared de mi casa. De repente una trombosis y tu alergia a los medicamentos decidieron que te ibas. Y yo me sentí huérfano de ti.
Tú siempre serás mi primer maestro Omar Rossi.
Siempre serás el primer escalón en esta trayectoria que durará mientras viva.
Te llevo en el alma Omar.
En el jardín del alma.

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                                                       Siso Santos


El misterio del camerino (primera parte)

1º parte
“Las hadas, como la mayoría de los seres de luz,  pueden amar y ser amadas pero nunca pueden tener pareja. Si lo hicieran, se apartarían de su misión de guiar a sus protectores.”
Coincidía que yo trabajaba por las noches de drag queen cuando empecé a estudiar e investigar sobre los guías espirituales: Algunos fueron antes materia (humanos), otros son Ángeles, seres de luz,  médicos del cielo… Cada uno tenemos nuestros propios guías, pero lo importante es que podemos contactar con ellos, conocerlos o pedirles ayuda. Por ejemplo a través de una meditación los invoco y puedo hacer un tratamiento con ellos a través del agua o comunicarme con esa invocación a través de la escritura automática o simplemente en una sesión de reiki. Gracias a ellos pude entender muchas cosas en mi vida. Pídeles ayuda y te darán lo mejor para ti (Que no tiene que ser lo que quieras tú).
Sé que mis guías vienen de los espíritus elementales de la naturaleza (Hadas, duendes, gnomos…) Sé que si dijera que los he visto me tomarían por loco así que sólo diré que los he sentido. Cuento esta pequeña introducción para poder narrar mejor esta historia. Una historia que empieza en un camerino.
Llevaba poco trabajando de drag queen en despedidas de soltero y locales de Madrid. Yo al principio no era una buena drag queen, lo tengo que admitir, se me daba fatal el maquillaje. Sólo el maquillaje de una buena darg queen es una obra de arte. Una base completamente blanca para tapar las sombras de la barba, con pegamento y un cepillo estiraba las cejas y después extendía carne artificial. Con una base de maquillaje especial para espectáculos formaba  una mascara neutra en la cara, después empezaba a pintar y darle forma a los ojos, primero uno y después el otro, terminando con las pestañas postizas, labios, pómulos y sombras, polvos blancos para dar luz y terminamos con brillantina. Echas un poco en la palma de la mano lo besas y soplas, te queda justo el brillo que tiene que tener los labios y el resto sobrante se esparce volando por el espacio. Es el toque mágico del ritual.
Esa noche actuaba en un pueblo fuera de Madrid, me llevaba una maleta con mis bártulos: tacones, peluca, maquillaje, ropa… Ya de casa  salía afeitado y depilado. Era un restaurante bueno de cenas que empezaban a hacer espectáculos y yo debutaba  por primera vez.
Me estaba maquillando tranquilamente con toda la calma del mundo y bebiendo mí agua, dejando atrás el mundo rutinario de mi vida para empezar a reencarnarme  en mi personaje. Cada pote o sombra que me echaba en la cara era un paso más alejado de mí y más cercano a mi personaje, hasta sólo ser ella.
Faltaba ya sólo para maquillarme mi últimos retoques para los que me miro en el espejo y… ¡Horror…! Se me había olvidado depilarme una axila. Una si la tenía depilada pero la otra no y asomaba un mostacho enorme debajo del sobaco. Me tiré a la maleta con la esperanza de poder tener por casualidad una maquinilla de afeitar desechable. No tenía nada, ni siquiera unas tijeras. ¿Qué podía hacer? Estaba en bragas y en medias y no podía salir a pedir auxilio por que la gente que estaba cenando me vería. Tenía que encontrar a alguien del restaurante. Quizás alguien tuviera una maquinilla de afeitar. Vigile detrás de la puerta, con ella un poco entreabierta a ver si pasaba alguien. Faltan 15 minutos. De repente pasó un camarero. “Por favor ayúdame, necesito una maquinilla de afeitar, a ver si tiene alguien.” Mientras esperaba me puse el vestido, a ver como lo podía solucionar. Era un vestidito corto en color morado que se unía con dos cordones de tirantes en la nuca dejando la espalda al descubierto. No tapaba nada. Vino el dueño del restaurante, “que lo haya conseguido Dios mío” Nadie tenía una maquinilla de afeitar. ¡Ya esta todo listo, cuando quieras empezamos!-Me dijo.  Me miré en el espejo. Me quería morir. “¡SOCORRO…!”
No tenía nada que perder así que decidí probarlo. Terminé de arreglarme, me puse un pelucón rosa precioso y mis botas altas de tacón. Me senté, respiré hondo e invoqué a mis guías. Les sentí, mi cuerpo entraba en calma, de mi espalda salían como dos alas enormes que por supuesto sólo yo notaba. Sabía que era un hada: guíame tú. Cogí mi abanico y ya estaba lista.
El espectáculo empezó y yo me sentía volando sobre los tacones por el salón del restaurante al ritmo de la música. 
“Superación García
Para superarse día a día…”
Actriz, bailarina, modelo y cantante.
Caminaba por el espacio con todos los sentidos a flor de piel, podía percibir y sentir a cualquier persona de la sala. Mis tacones eran dos armas que se clavaban en la tierra y mi abanico, que siempre tuve mucha destreza en su manejo, se había convertido en una vara mágica, que me conducía por la sala…
-Estas envuelta en magia que nos gustas a todos.-  Me dijo una señora.
Yo no contesté  nada. Sólo un guiño de abanico.
                                                               Continuará
                                                                    Siso Santos




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Caminando entre hadas II

Continuación…
        De repente todo quedó en calma. La energía densa, oscura y amenazante iba amainando como la niebla, dejando tras si una energía clara y acorde a la armonía del lugar.
Las hadas volaban por el patio siempre por sitios donde la vista del peregrino  pudiera alcanzarlas indicándole que entrara, parecía que la casa había aceptado su visita y le abría sus puertas. Tímidamente entró.
 A partir de ahí vivió realmente una experiencia mágicaLa casa físicamente no había cambiado nada, pero sí su manera de verla. La podía ver desde su interior, desde la mente. La podía ver como había sido realmente en su tiempo. El patio de  entrada estaba bien cuidado, con plantas y había un hórreo que ya no existía. En los establos había vacas, un par de cerdos y caballos. En la cochera un carro en buen estado  que se usaba para la labranza.
 Subió las escaleras de piedra hasta el piso superior, el balcón era de suelo de losa y lo vestía una barandilla de madera que ya no existíaLas habitaciones de la casa estaban vacías, sólo el esqueleto roto de una cama metálica permanecía en una habitación pero el peregrino lo veía todo lleno de vida. Contempló el paisaje desde el balcón. Lo que ahora eran silveras y matorrales en un tiempo atrás fueron campos de labranza. Una voz dentro de él, como si alguien le estuviera hablando mentalmente por telepatía, le susurraba y le mostraba la historia de esa casa.
 “Hemos sido muy felices en esta casa, hemos vivido aquí generaciones. Hemos vivido de la tierra, del campo, del  ganado, bajábamos al río a  moler el grano en los molinos… e incluso podíamos aprovechar para pescar. Trabajábamos para la tierra y la tratábamos y ella nos alimentaba. Hemos sido muy felices en esta casa”  Mientras la voz le  confesaba al peregrino su historia, él por su parte recibía imágenes en el interior de su mente. Ir y venir de gente, la casa en perfecto estado, los campos plantados… La vida en estado puro. El corazón del peregrino latía con fuerza.
 “El tiempo es algo que va cambiando y modificando continuamente, aunque la tierra nunca deja de ser tierra. La gente empezó a irse, cambiaban el campo por la ciudad incluso a veces despreciando a la propia tierra. Nos fuimos quedando solos… Lo que en un tiempo fueron plantaciones, después con un poco de huerta llegaba para nosotros dos. Un día Nuestro Señor llevo a mi marido con él. Yo no estaba sola. Estaba con la tierra. Alguien decidió que no era lugar para mí y me llevaron a una residencia. No recuerdo más. En mi siguiente recuerdo ya estaba en la tierra”  El peregrino se estremecía con cada palabra.
 “Ahora conocerás el secreto de esta casa.”  Sin saber el por qué el peregrino  hipnotizado por la magia del lugar y por la experiencia vivida  se dejaba guiar sin saber a donde. Descendió las escaleras, atravesó el interior de la casa por la cuadra y se encontró de repente en un patio interior, allí en medio de las ruinas fue testigo de algo realmente bello. Dos castaños frondosos del tamaño como de tres cuartas destacaban entre las ruinas. Llegaban a poco más de las rodillas del peregrino. “Estos castaños están absorbiendo todo la energía y todo el amor de esta casa. El día en que sean suficientemente fuertes e independientes la casa caerá, mientras protegerá a estos castaños.”  
 El peregrino lloró absorto entre emoción y agradecimiento. “Ahora debes irte”. Dió las gracias a todo el lugar y abandonó la casa… 
Una vez fuera el peregrino se  dió cuenta de que ya no estaban las hadas. Parecía que hubiera ocurrido un instante pero habían pasado horas. No se había enterado de la mochila para nada, la llevaba pero no notó su peso en ningún momento. No estaba cansado, no tenía molestias ni sueño… Era como empezar andar por primera vez el camino por que estaba completamente fresco y descansado.
 Fue  llegando a Samos cuando se encontró con peregrinos de nuevo. Recordó las hadas y supo sin duda que las encontraría más veces a lo largo de su vida y así ha sido y así será.
 Tan claro lo tiene que ha creado un jardín. 
 En el jardín del alma. 
                                                                                  Siso Santos.

Caminando entre hadas.

Permitidme que esta anécdota la cuente como un cuento.

 

Había una vez un peregrino que venía haciendo el camino de santiago desde el Bierzo. Se encontraba en la etapa de Triacastela a Samos. Si Samos es mágico de por si, el camino a él es todo magia.

 

Era el mes de agosto y hay muchos peregrinos en esa época, es conveniente madrugar para coger sitio en los siguientes alberges, así que a las cinco de la mañana estaba en pie.

 

Para llegar a Samos hay que pasar por varias aldeas que parecen sacadas de cuentos encantados, rodeados de bosques frondosos y molinos de agua. En una de estas aldeas es donde empieza esta historia. 

 

Nuestro protagonista nunca pudo recordar el nombre de esa aldea y nunca pudo encontrar a alguien que se lo pudiera decir. Sabía que estaba atravesado y rodeado por un río y que en medio del pueblo había un puente para cruzar el río de un lado a otro. Hasta ese sitio fué acompañado de peregrinos, no volvería a ver ninguno más hasta haber terminado la aventura.

 

Al salir de la aldea había un cementerio pequeño también a la orilla del río. Sólo el sonido del agua y los cantos de los pájaros mañaneros se distinguían en medio de tanta paz, potenciando todavía más la armonía del lugar. Se sentó, quería inspirar y llenarse de toda la magia y la fuerza de la naturaleza que allí reinaba. Cerraba los ojos y se llenaba de vida.

 

Al abrir los ojos se vió rodeado de mariposas deambulando por su alrededor. No parecían tener miedo a su presencia. Se levantó y se puso en marcha para no retrasarse. Las mariposas le acompañaban como marcándole el camino. Jugueteaban entre ellas y se cruzaban delante de él como si nada. El peregrino estaba asombrado tanto por su belleza como por su presencia. De repente un presentimiento claro y rotundo invadió todo su ser. No son mariposas. Son hadas.

 

Siguiendo el sendero entre robles y castaños llegaron a una desviación que les apartaba del camino para llevarles a una casa enorme y deteriorada. Las hadas cogieron esa desviación camino a la casa pero deambulaban por el mismo sitio sin avanzar. Era como si le estuvieran invitando a seguirlas. La casa solitaria en aquel lugar del bosque le llamaba la atención y decidió seguirlas.

 

Era un caserón precioso de piedra típico de la provincia de Lugo. Se diferenciaba perfectamente que la parte baja había sido una cuadra y una cochera. Aún se podía ver dentro un carro de caballos deteriorado con la madera podrida. Una escalera de piedra llevaba al piso superior donde una balconada presidía todo el frente uniendo la puerta principal con otras secundarias y ventanas. Aunque la mayoría de puertas y ventanas o no existían ya o estaban rotas. 

El acceso a la casa era por un patio exterior, con una entrada de coche de caballos y tenía una muralla de piedra caída por varios sitios. Fue al entrar en el patio cuando ocurrió todo. 

Una energía densa salía de la casa y no le dejaba avanzar. Las piernas se le paralizaban. Era una fuerza que rompía la armonía del lugar. Era como si alguien, algo o incluso la energía de la  propia casa lexpulsaran de ese sitio. Retrocedió con la intención de marcharse, estaba asustado.

 

Una vez fuera se detuvo y miró a la casa, era como si tuviera vida. Como si una energía oscura se encargara de que nadie entrara ni invadiera ese lugar. “Luz… Luz…”  “Luz para todos…” Gritaba el peregrino desde el exterior a la casaPoniendo símbolos de reiki al aire (poder, luz, amor…) con la intención en su ignorancia que esa energía pudiese sanar o aliviar en lo que pudiese hacer falta…


De repente todo quedó en calma. La energía densa, oscura y amenazante iba amainando como la niebla, dejando tras si una energía clara y acorde a la armonía del lugar…


 

                                                                                  Continuará.

 

 

 

 


El día en que el Reiki llegó a mi.

         El Reiki llego a mi vida como la mayoría de las cosas importantes. Por “casualidad”.  Yo buscaba algo nuevo en mi vida. Cambios. No sabía  cuales, ni mucho menos por donde buscar. Además tenía el obstáculo más poderoso que puede tener el ser humano. EL MIEDO.
Me daba miedo absolutamente todo. Antes de empezar cualquier cosa nueva,  aparecían todos los pensamientos negativos y  me aturdían. Eso me daba rabia y frustración, provocando la mayoría de las  veces dejar las cosas a medias o sin terminar.
Una cosa que me aterraba infinitamente era la agresividad. Los gritos y la tensión me paralizaban. Yo he sido un niño  maltratado e incomprendido  por una educación muy convencional en una ciudad pequeña y militar. Nada apropiado para un niño que le gustaba jugar con muñecas y ser artista.
Pero ahora si quería pelear con el mundo, enfrentarme a todos mis miedos y avanzar, para eso decidí hacer kung fu. En mi fantasía me imaginaba pegándome con  hombres muy duros y venciéndoles. La rabia me consumía.
Un día caminando por la calle por  “casualidad” encontré una escuela de Tao. Entre todas las actividades  estaba  kung fu. Mi desilusión fue entrar y enterarme que no había grupo de kung fu. Mi gozo en un pozo.
Pero la casualidad como siempre está predestinada. Un grupo de gente se reunía para intercambiar Reiki en ese lugar a esa misma hora. Yo conocía el Reiki de oídas. Algo de imposición de manos para trasmitir energía. Poco más. Me invitaron a probarlo y acepté.
Todo me fascinaba. El lugar mágico de la sala, la cantidad de gente que había para dar y recibir Reiki, la “paz” que se respiraba… Todas las camillas estaban ocupadas así que me toco tumbarme en el suelo. Un hombre vino, me  pregunto mi nombre y me puso las manos en la cabeza. “Casualidad”mi futuro maestro.
Sentía la energía pasar por sus manos y como recorría todo mi ser. Mi cuerpo amplio y voluminoso pero muy ligero. Todo en mí y todo el lugar era energía pura. Las lágrimas corrían por mis mejillas sin darme cuenta. Y allí estaba yo: embriagado por la emoción, tumbado en el suelo, flotando por el espacio, envuelto en rayos de  energía  blanca, rosa y violeta… Un solo pensamiento venía a mi mente: “He llegado a casa”

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Al día siguiente me hice sanador de Reiki de primer grado de la mano de mi maestro. Una bella flor en el jardín de mi alma…

Os espero otro dia aquí… en el jardín del alma.

                                                              Siso Santos